¡NO TENGAIS MIEDO!!! YO ESTOY Y ESTARE PARA SIEMPRE CON VOSOTROS! (cf Jn 14, 16-17).

viernes, 3 de febrero de 2012

Lecturasy Homilia del Domingo 5º del Tiempo Ordinario - 05 de Febrero del 2012

Primera lectura

Lectura del libro de Job (7,1-4.6-7):

Habló Job, diciendo: «El hombre está en la tierra cumpliendo un servicio, sus días son los de un jornalero; Como el esclavo, suspira por la sombra, como el jornalero, aguarda el salario. Mi herencia son meses baldíos, me asignan noches de fatiga; al acostarme pienso: ¿Cuándo me levantaré? Se alarga la noche y me harto de dar vueltas hasta el alba.


Mis días corren más que la lanzadera, y se consumen sin esperanza. Recuerda que mi vida es un soplo, y que mis ojos no verán más la dicha.»
Palabra de Dios


Salmo
Sal 146,1-2.3-4.5-6

R/. Alabad al Señor,
que sana los corazones destrozados

Alabad al Señor, que la música es buena;
nuestro Dios merece una alabanza armoniosa.
El Señor reconstruye Jerusalén,
reúne a los deportados de Israel. R/.


Él sana los corazones destrozados,
venda sus heridas.
Cuenta el número de las estrellas,
a cada una la llama por su nombre. R/.

Nuestro Señor es grande y poderoso,
su sabiduría no tiene medida.
El Señor sostiene a los humildes,
humilla hasta el polvo a los malvados. R/.

Segunda lectura
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios (9,16-19.22-23):

El hecho de predicar no es para mí motivo de orgullo. No tengo más remedio y, ¡ay de mí si no anuncio el Evangelio! Si yo lo hiciera por mi propio gusto, eso mismo sería mi paga. Pero, si lo hago a pesar mío, es que me han encargado este oficio. Entonces, ¿cuál es la paga? Precisamente dar a conocer el Evangelio, anunciándolo de balde, sin usar el derecho que me da la predicación del Evangelio. Porque, siendo libre como soy, me he hecho esclavo de todos para ganar a los más posibles. Me he hecho débil con los débiles, para ganar a los débiles; me he hecho todo a todos, para ganar, sea como sea, a algunos. Y hago todo esto por el Evangelio, para participar yo también de sus bienes.
Palabra de Dios


Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Marcos (1,29-39):

En aquel tiempo, al salir Jesús y sus discípulos de la sinagoga, fue con Santiago y Juan a casa de Simón y Andrés. La suegra de Simón estaba en cama con fiebre, y se lo dijeron. Jesús se acercó, la cogió de la mano y la levantó. Se le pasó la fiebre y se puso a servirles. Al anochecer, cuando se puso el sol, le llevaron todos los enfermos y endemoniados. La población entera se agolpaba a la puerta. Curó a muchos enfermos de diversos males y expulsó muchos demonios; y como los demonios lo conocían, no les permitía hablar. Se levantó de madrugada, se marchó al descampado y allí se puso a orar.


Simón y sus compañeros fueron y, al encontrarlo, le dijeron: «Todo el mundo te busca.»


Él les respondió: «Vámonos a otra parte, a las aldeas cercanas, para predicar también allí; que para eso he salido.»
Así recorrió toda Galilea, predicando en las sinagogas y expulsando los demonios.
Palabra del Señor


HOMILIA


Vivimos rodeados por la enfermedad; incluso muy a pesar de los avances modernos las dolencias y enfermedades se reciclan y hacen que siempre las tengamos en cuenta.


El Evangelio de san Marcos nos muestra una vida pública de Jesús que comienza ya desde el primer capítulo, con una cercanía a los enfermos. Después del bautismo y la prueba del desierto; después de la llamada a los discípulos, el Evangelio se sumerge en los encuentros sanadores del Señor. El reino de Dios llega sanando.


Jesús sana en todas partes a los débiles: cura en la sinagoga, en las casas, en la calle, al aire libre…


Da salud a los enfermos en todo momento: los sábados —incluso cuando estaba prohibido hacerlo— , al mediodía, al anochecer, de madrugada…


Recupera a todas las personas: al hombre de la sinagoga, a la mujer, suegra de Pedro; a mucha gente anónima, al hombre enfermo de lepra…


Todas estas acciones nos describen a la perfección la búsqueda constante de Dios al ser humano doliente. En nuestro mundo los personajes cambian, pero la realidad es siempre la misma. La enfermedad y la muerte siempre nos están rondando y sólo nos queda preguntarnos si nos dejamos encontrar por el Dios que nos cura por dentro…


¿Cómo entender la enfermedad?


En la antigüedad, estar enfermo era convertirse en un ser maldecido por Dios. Según ellos, Dios se había olvidado de su misericordia con el que sufría.Jesús se nos acerca hoy para decirnos que incluso en lo que no entendemos en las negruras del dolor tiene un sentido. La tarea del cristiano es acercarse a la cruz y a la tumba del resucitado y encontrar en Él el sentido de lo que vivimos y del porque vivimos.


Hoy vemos el dolor y el sufrimiento humano con todo lujo de detalles. La televisión se ha vuelto un buen medio para mostrar con todo su detalle la tragedia humana,un buen notario de nuestro tiempo. Algunos se preguntan dónde esta Dios en nuestros días cuando se dan esas situaciones… Puede ser que esté en ti, y también en el que sufre… En el que sufre espera consuelo y ayuda, y en ti y en mí, espera que seamos nosotros quien la ofrezcamos. Esta es la "lógica de Dios", que hace al menesteroso esperar y que queda a la espera de nuestra respuesta solidaria.

Me encuentro con frecuencia personas sanas que dicen que "están cansadas de vivir…". Hay hermanos que su fe la viven como una pesada carga, como una negación al derecho de ser felices. Nada más lejos de la realidad. El Evangelio es una invitación para que descubramos a Dios y desde ahí vivamos en Él. No puede haber mayor felicidad!!!.


En numerosas ocasiones me ha dado la impresión de que el mundo está de cabeza y masificado en la contardiccion e incoherencia. Por un lado en los hospitales, miles de personas luchan por ganarle una hora a la eternidad. En cambio, en la calle vemos a muchos que lo que desean es morirse… ¿Será que cuando la vida se nos vuelve frágil es cuando más la necesitamos al menos para entender su valor…?


Jesús se acerca al enfermo y le lleva no sólo la salud física sino también la salud espiritual, es la constante invitación a descubrir la Vida. Es el Señor que nos libera del sin sentido y del absurdo del mundo.


Cuando visito un hospital siempre busco a Dios en lo mas profundo de las miradas y del dolor...en los momentos de fe...en las horas de esperanza. Miro una cama con un enfermo y siento que seré yo quien un día ocupe ese sitio…y al entender la agonia y el sufrimiento de cada enfermo, pido con toda intensidad que el Espiritu consolador de Dios, le de la paz y la salud que necesita, es el mejor momento de abandonarnos en las benditas manos de nuestro Padre. Un hospital es uno de los mejores lugares que conozco para sentir y ver la manifestacion de Dios en toda su grandeza…


No les niego que muchas veces se me hace difícil aceptar mi dolor y el de los otros y mas aun cargar con ello, pero se que se hace mas bueno, poco y minimo llevar la miseria humana a cuestas, teniendo confianza en las Palabras de quien más sufrió por mí…por nosotros. La redencion se logra a partir de aceptar que el dolor y sufrimiento es parte de lo que tenemos que vivir para alcansar la salvacion. Pero no por eso suframos por sufrir!! en nuestros momentos de debilidad y enfermedad, acudamos a nuestro _doctor de cabecera_ Cristo Jesus. El nos sanara y dara fuerzas para seguir nuestro caminar hacia el Padre.

EL QUE TENGA OIDOS...QUE OIGA.

HERMANO JUAN PABLO CORC-OBISPO JUAN DAVID FALCON


CRISTO VIVE!!

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