¡NO TENGAIS MIEDO!!! YO ESTOY Y ESTARE PARA SIEMPRE CON VOSOTROS! (cf Jn 14, 16-17).

viernes, 28 de octubre de 2011

Lecturas y Homilia del Domingo del Tiempo Ordinario -30 de Octubre del 2011

Primera lectura

Lectura de la profecía de Malaquías (1,14–2,2b.8-10):


«Yo soy el Gran Rey, y mi nombre es respetado en las naciones –dice el Señor de los ejércitos–. Y ahora os toca a vosotros, sacerdotes. Si no obedecéis y no os proponéis dar gloria a mi nombre –dice el Señor de los ejércitos–, os enviaré mi maldición. Os apartasteis del camino, habéis hecho tropezar a muchos en la ley, habéis invalidado mi alianza con Leví –dice el Señor de los ejércitos–. Pues yo os haré despreciables y viles ante el pueblo, por no haber guardado mis caminos, y porque os fijáis en las personas al aplicar la ley. ¿No tenemos todos un solo padre? ¿No nos creó el mismo Señor? ¿Por qué, pues, el hombre despoja a su prójimo, profanando la alianza de nuestros padres?»
Palabra de Dios


Salmo
Sal 130,1.2.3
R/. Guarda mi alma en la paz, junto a ti, Señor

Señor, mi corazón no es ambicioso,
ni mis ojos altaneros;
no pretendo grandezas
que superan mi capacidad. R/.


Sino que acallo
y modero mis deseos,
como un niño
en brazos de su madre. R/.


Espere Israel en el Señor
ahora y por siempre. R/.


Segunda lectura
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses (29,7b-9.13):

Os tratamos con delicadeza, como una madre cuida de sus hijos. Os teníamos tanto cariño que deseábamos entregaros no sólo el Evangelio de Dios, sino hasta nuestras propias personas, porque os habíais ganado nuestro amor. Recordad si no, hermanos, nuestros esfuerzos y fatigas; trabajando día y noche para no serle gravoso a nadie, proclamamos entre vosotros el Evangelio de Dios. Ésa es la razón por la que no cesamos de dar gracias a Dios, porque al recibir la palabra de Dios, que os predicamos, la acogisteis no como palabra de hombre, sino, cual es en verdad, como palabra de Dios, que permanece operante en vosotros los creyentes.
Palabra de Dios


Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Mateo (23,1-12):

En aquel tiempo, Jesús habló a la gente y a sus discípulos, diciendo: «En la cátedra de Moisés se han sentado los escribas y los fariseos: haced y cumplid lo que os digan; pero no hagáis lo que ellos hacen, porque ellos no hacen lo que dicen. Ellos lían fardos pesados e insoportables y se los cargan a la gente en los hombros, pero ellos no están dispuestos a mover un dedo para empujar. Todo lo que hacen es para que los vea la gente: alargan las filacterias y ensanchan las franjas del manto; les gustan los primeros puestos en los banquetes y los asientos de honor en las sinagogas; que les hagan reverencias por la calle y que la gente los llame maestros. Vosotros, en cambio, no os dejéis llamar maestro, porque uno solo es vuestro maestro, y todos vosotros sois hermanos. Y no llaméis padre vuestro a nadie en la tierra, porque uno solo es vuestro Padre, el del cielo. No os dejéis llamar consejeros, porque uno solo es vuestro consejero, Cristo. El primero entre vosotros será vuestro servidor. El que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido.»
Palabra del Señor


HOMILIA
Cuando oímos hablar de los fariseos y recordamos cómo el Señor los acusó y los fustigó, nos parece que son personajes lejanos en el tiempo y que nada tienen que ver con nuestra manera de proceder. Hasta podríamos pensar:¿para qué están en los Evangelios y para qué nos ponen en las Liturgia todos estos regaños que el Señor le da a los fariseos?
Y no fue una, sino varias veces que Jesús criticó muy duramente a ese grupo religioso, cuyo objetivo era la práctica de la ley de Moisés en la forma más estricta y detallada. (Mt. 23, 1-12)


La crítica del Señor se basaba sobre todo en que ellos mismos no cumplían lo que exigían cumplir a otros, por lo que Jesús los llamó “hipócritas”. Es por ello que hoy día en el lenguaje coloquial religioso el término “fariseo” ha venido a ser considerado sinónimo de “hipócrita”.


Pero... ¿nos hemos puesto a pensar que también nosotros a veces somos como los fariseos? La hipocresía es uno de los defectos que nos permitimos a nosotros mismos, casi sin darnos cuenta. La hipocresía, la cual vemos tan repugnante, es doblez y falta de rectitud de intención.


El doblez (¿o la doblez?), es decir, el tener dos caras, es más frecuente de lo que creemos o nos damos cuenta. ¿Nos hemos detenido a pensar que hipocresía es también hacer las cosas con intenciones escondidas o distintas a las que mostramos? ¿Nos damos cuenta que a veces somos hipócritas hasta con Dios?


¡Y esa actitud la consideramos como un derecho adquirido! Está tan arraigada a veces en nuestra manera de proceder que ya ni nos damos cuenta de que es un defecto, porque nos sale de manera demasiado espontánea.
Pero esa actitud es totalmente contraria a la pureza de corazón, que Jesús nos pide: Bienaventurados los de corazón puro... (Mt. 5, 8)
Les dijo Jesús a los Fariseos: “Todo lo hacen para que los vea la gente”. ¡Cómo se nos sale el “fariseo” en esto! ¡Cómo nos gusta ser admirados y respetados! ¡Cómo nos gusta que se hable bien de nosotros! Y, peor aún, ¡cuántas son las cosas que hacemos para ser apreciados y alabados!


¿Qué valor, entonces, tienen esas cosas buenas que hacemos, pero con un fin farisaico, interesado, impuro? ¿Dónde está la pureza de corazón y la rectitud de intención cuando así nos comportamos?


La advertencia de Jesús nuestro Señor es bien clara: “Si vuestra santidad no es mayor que la de los maestros de la Ley y los Fariseos, no entrarán en el Reino de los Cielos” (Mt. 5, 20).

Practiquemos la pureza de corazón, la rectitud de intención, la honestidad mental y espiritual. Si nos cuesta, pidámosla en la oración. Sólo así, el discurso contra los fariseos no será para nosotros


(Y para entender un poco mas el evangelio, este apunte:
¿Qué son las filacterias?:


Son como unas pequeñas cajitas de piel que se atan con correas en la muñeca y en la frente (Ex 13,9- Ex 13,16). En la cajita de la muñeca tiene un sólo compartimiento, en el que se guarda un rollito de pergamino con los siguientes cuatro textos de la Biblia: Ex 13,1-10,11-16; Dt 6,4-9. 11,13-21.


La de frente es igual, pero tiene cuatro compartimientos, en cada uno de los cuales se guarda un rollito con cada uno de los cuatro pasajes. Los fariseos para llamar más la atención, no sólo usaban filacterias, sino que las llevaban lo más grande posible para demostrar su cumplimiento.


Llevaban por fuera unos flecos.


En Núm 15,37-41 y Dt 22,12 leemos que Dios mandó a su pueblo a que hiciera borlas en los bordes de las vestiduras, para que cuando las vieran se acordaran de los mandamientos de Dios. Estas borlas eran como pompones que se usaban en las cuatro esquinas de la túnica exterior. Posteriormente se pusieron en la ropa interior, y hoy día se mantienen en el chal que se ponen los devotos judíos para hacer oración. Se hacían los flecos excesivamente largos para hacer ostentación de piedad y usarlos para que los demás se fijasen en ellos.

Los primeros asientos.

En Palestina, los últimos asientos eran para los niños y para la gente menos importante. Cuanto más adelante estaba el asiento, mayor era el honor. Los sitios más honorables eran los de los ancianos, que se sentaban de cara a la congregación. )

En conclusion, cualquier religión que produce ostentación en las obras y orgullo en el corazón es una religión falsa, alejada del Evangelio y del amor de Dios.


Este Evangelio nos recuerda que la vida de fe es una vida que tiene que estar marcada por el ser y por el hacer. No es suficiente decir que se tiene fe, es necesario vivirla, expresarla, hacerla realidad y testimoniarla.


Cuando vemos persona que dicen que tienen fe pero que no la practican, tengan la seguridad que esa fe ha perdido su sentido, su dinamismo y su eficacia. La fe que no se vive simplemente se muere.


Tener y vivir la fe es dejarse guiar por Jesús, comprender su vida y respaldar su proyecto. La fe de muchos es estéril y por eso no es capaz de vivirse ni de aportar vida.


CRISTO VIVE!!


Revdmo Juan PabloCORC-Obispo Juan David Falcon














sábado, 22 de octubre de 2011

Lecturas y Homilia del Domingo del Tiempo Ordinario +23 de Octubre del 2011

Primera lectura
Lectura del libro del Éxodo (22,20-26):

Así dice el Señor: «No oprimirás ni vejarás al forastero, porque forasteros fuisteis vosotros en Egipto. No explotarás a viudas ni a huérfanos, porque, si los explotas y ellos gritan a mí, yo los escucharé. Se encenderá mi ira y os haré morir a espada, dejando a vuestras mujeres viudas y a vuestros hijos huérfanos. Si prestas dinero a uno de mi pueblo, a un pobre que habita contigo, no serás con él un usurero, cargándole intereses. Si tomas en prenda el manto de tu prójimo, se lo devolverás antes de ponerse el sol, porque no tiene otro vestido para cubrir su cuerpo, ¿y dónde, si no, se va a acostar? Si grita a mí, yo lo escucharé, porque yo soy compasivo.»

Palabra de Dios
 
Salmo
Sal 17,2-3a.3bc-4.47.51ab

R/.
Yo te amo, Señor; tú eres mi fortaleza

Yo te amo, Señor;

tú eres mi fortaleza;
Señor, mi roca,
mi alcázar, mi libertador. R/.


Dios mío, peña mía, refugio mío, escudo mío,

mi fuerza salvadora, mi baluarte.
Invoco al Señor de mi alabanza
y quedo libre de mis enemigos. R/.

Viva el Señor, bendita sea mi Roca,

sea ensalzado mi Dios y Salvador.
Tú diste gran victoria a tu rey,
tuviste misericordia de tu Ungido. R/
 
Segunda lectura
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses (1,5c-10):

Sabéis cuál fue nuestra actuación entre vosotros para vuestro bien. Y vosotros seguisteis nuestro ejemplo y el del Señor, acogiendo la palabra entre tanta lucha con la alegría del Espíritu Santo. Así llegasteis a ser un modelo para todos los creyentes de Macedonia y de Acaya. Desde vuestra Iglesia, la palabra del Señor ha resonado no sólo en Macedonia y en Acaya, sino en todas partes. Vuestra fe en Dios había corrido de boca en boca, de modo que nosotros no teníamos necesidad de explicar nada, ya que ellos mismos cuentan los detalles de la acogida que nos hicisteis: cómo, abandonando los ídolos, os volvisteis a Dios, para servir al Dios vivo y verdadero, y vivir aguardando la vuelta de su Hijo Jesús desde el cielo, a quien ha resucitado de entre los muertos y que nos libra del castigo futuro.

Palabra de Dios
 
Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Mateo (22,34-40):

En aquel tiempo, los fariseos, al oír que Jesús había hecho callar a los saduceos, formaron grupo, y uno de ellos, que era experto en la Ley, le preguntó para ponerlo a prueba: «Maestro, ¿cuál es el mandamiento principal de la Ley?»

Él le dijo: «"Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con todo tu ser." Este mandamiento es el principal y primero. El segundo es semejante a él: "Amarás a tu prójimo como a ti mismo." Estos dos mandamientos sostienen la Ley entera y los profetas.»
Palabra del Señor
 
HOMILIA
Sabemos quién es Dios, pero no siempre sabemos identificar quién es nuestro prójimo. Prójimo es el próximo.
¿Se dan cuenta que en el siglo donde más se nos ha hablado de derechos humanos es cuando menos se nos ha hablado de prójimo?

La terminología ha cambiado pero el contenido sigue siendo el mismo.
En el Evangelio de hoy, Jesús nos hace caer en la cuenta que lo mayor en la vida de un cristiano es el amor tanto en un sentido vertical como horizontal. 

No se puede amar a Dios al que no vemos si no amamos a los que tenemos alrededor.

Para muchas personas cristianas de toda la vida el amor a Dios se le hace relativamente fácil, ya que lo entienden como una relación no recíproca donde Dios permanece esclavizado a los designios de su humano interlocutor… Pero cuando esa misma persona entra en contacto con los demás, es simplemente un desastre. No llega a establecer relaciones profundas ni humanas, ve en los demás mas una amenaza que una invitación al amor a Dios… 

Por desgracia, hay personas que dicen que aman mucho a Dios, pero detestan profundamente a los que lo rodean…

+¿Está presente en tu vida de fe el amor activo a los demás
+¿Quieres de verdad a las personas que te rodean?
 
La fe en el Señor es una fe llena de invitaciones a implicarnos en la vida no a salir de ella. La existencia de cada persona es la única oportunidad que tenemos para encontrar y amar a Dios, de aquí que los cristianos demos tanta y tanta importancia a la vida. La mejor enseñanza que podemos tomar de las palabras de Jesús es que el amor es lo único que no puede ser abstracto.

La persona es imagen de Dios (Gn 1, 26 ss) y por eso tiene una dignidad capaz de ser amada. Ser de verdad cristianos es amar a Dios y amar a los seres humanos que Dios ha hecho a su imagen. Amar a Dios y a los demás con una entrega total y verdadera.

La religión consiste no en cumplir una normas para no condenarme. La fe consiste en amar a Dios. Darle un amor total, un amor que domine nuestras emociones, que dirija nuestros pensamientos y que sea la dinámica de nuestras acciones.
Las respuestas que da Jesús están tomadas de la propia Biblia:
 
+ La primera respuesta es de Deuteronomio 6,5

+ El amor al prójimo es de Levítico 19,18
 
Nos dice la Palabra que quien no ama permanece en la muerte. Ojalá los cristianos pudiésemos captar la hondura de esta frase y sus implicaciones para la vida diaria. Seguro que nos plantearíamos las relaciones con los demás de distinta forma.

Hay un pasaje que encaja magníficamente con nuestro Evangelio de hoy. Me refiero al juicio final (Mt 25, 31-46). En este pasaje se trasluce las dos dimensiones que Jesús nos propone. Somos aceptados por Dios cuando vimos a Dios en los demás. Dios nos acoge cuando nosotros acogimos a los prójimos que nos rodearon en nuestra vida diaria. Dios no quiere desentenderse del mundo y por eso creó a los seres humanos y le dio la dignidad máxima. Las personas son los embajadores y el mayor símbolo de Dios.
¿Si Dios no se olvida del prójimo por qué hay cristianos que se olvidan de los demás con tanta frecuencia?...y tu?? como esta tu corazon?
 
El que tenga oidos...que oiga.
 
Hermano Juan Pablo CORC+ Obispo Juan David Falcon
 
CRISTO VIVE!!!

viernes, 21 de octubre de 2011

Lecturas y Homilia del Domingo del Tiempo Ordinario+16 de Octubre del 2011

Primera lectura
Lectura del libro de Isaías (45,1.4-6):

Así dice el Señor a su Ungido, a Ciro, a quien lleva de la mano: «Doblegaré ante él las naciones, desceñiré las cinturas de los reyes, abriré ante él las puertas, los batientes no se le cerrarán. Por mi siervo Jacob, por mi escogido Israel, te llamé por tu nombre, te di un título, aunque no me conocías. Yo soy el Señor y no hay otro; fuera de mí, no hay dios. Te pongo la insignia, aunque no me conoces, para que sepan de Oriente a Occidente que no hay otro fuera de mí. Yo soy el Señor, y no hay otro.»

Palabra de Dios
 
Salmo
Sal 95,1.3.4-5.7-8.9-10a.10e

R/.
Aclamad la gloria y el poder del Señor

Cantad al Señor un cántico nuevo,

cantad al Señor, toda la tierra.
Contad a los pueblos su gloria,
sus maravillas a todas las naciones. R/.

Porque es grande el Señor,

y muy digno de alabanza,
más temible que todos los dioses.
Pues los dioses de los gentiles son apariencia,
mientras que el Señor ha hecho el cielo. R/.


Familias de los pueblos, aclamad al Señor,

aclamad la gloria y el poder del Señor,
aclamad la gloria del nombre del Señor,
entrad en sus atrios trayéndole ofrendas. R/.


Postraos ante el Señor en el atrio sagrado,

tiemble en su presencia la tierra toda;
decid a los pueblos: «El Señor es rey,
él gobierna a los pueblos rectamente.» R/.
 
Segunda lectura
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses (1,1-5b):

Pablo, Silvano y Tirnoteo a la Iglesia de los tesalonicenses, en Dios Padre y en el Señor Jesucristo. A vosotros, gracia y paz. Siempre damos gracias a Dios por todos vosotros y os tenemos presentes en nuestras oraciones. Ante Dios, nuestro Padre, recordarnos sin cesar la actividad de vuestra fe, el esfuerzo de vuestro amor y el aguante de vuestra esperanza en Jesucristo, nuestro Señor. Bien sabemos, hermanos amados de Dios, que él os ha elegido y que, cuando se proclamó el Evangelio entre vosotros, no hubo sólo palabras, sino además fuerza del Espíritu Santo y convicción profunda.

Palabra de Dios
 
Evangelio 
Lectura del santo evangelio según san Mateo (22,15-21):

En aquel tiempo, se retiraron los fariseos y llegaron a un acuerdo para comprometer a Jesús con una pregunta.

Le enviaron unos discípulos, con unos partidarios de Herodes, y le dijeron: «Maestro, sabemos que eres sincero y que enseñas el camino de Dios conforme a la verdad; sin que te importe nadie, porque no miras lo que la gente sea. Dinos, pues, qué opinas: ¿es licito pagar impuesto al César o no?»
Comprendiendo su mala voluntad, les dijo Jesús: «Hipócritas, ¿por qué me tentáis? Enseñadme la moneda del impuesto.»
Le presentaron un denario. Él les preguntó: «¿De quién son esta cara y esta inscripción?»
Le respondieron: «Del César.»
Entonces les replicó: «Pues pagadle al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios.»
Palabra del Señor

Homilía 

Muchas veces este Evangelio se explica para hablar de las relaciones entre Dios y el mundo, Dios y la sociedad. Esta interpretación surge en la Edad Media que fue cuando se empezó a interpretar así.
En la época de Jesús, Palestina estaba ocupada por los romanos, y en esta ocasión los líderes judíos quieren meter a Jesús en un aprieto.
Los judíos pagaban impuestos a Roma ¿Qué opinaba el Señor sobre esto?
En aquella época los judíos pagaban a los romanos tres impuestos:
  1. El impuesto de la tierra que lo pagaban los labradores al gobierno, y que era un décimo del grano y un quinto del vino y del aceite que produjeran. Se pagaba parcialmente en especie y parcialmente en el dinero equivalente 
  2. El impuesto sobre la renta que era el uno por ciento de los ingresos de cada persona.
  3. El impuesto de capitación, lo tenían que pagar todos los varones de 14 a 65 años y todas las mujeres de 12 hasta los 65 años. Su importe era un denario (algo así como - 0,09 centavos de dólar americano). El salario medio de la época estaba en unos 0,06 $
Para los judíos pagar estos impuestos era un insulto a Dios. Su sociedad tenía una organización teocrática donde Dios era su único y exclusivo rey. Los más fanáticos entre los judíos decían que cualquier impuesto que se pagara a un rey extranjero era ilegal por necesidad.
Lo que se está tratando en este Evangelio no es la mera obligación de pagar o no pagar impuestos al invasor. Su contenido es mucho más profundo. Es el reconocimiento de quien tiene poder sobre ti y tu vida.
Con los medios de comunicación es muy fácil endiosar personas, situaciones y a acontecimientos de la vida. Quién no ha visto masas fanatizadas por el líder político, por el futbolista o cantante de turno. A cada uno de ellos hay que pagarles un impuesto no dinerario pero sí de vasallaje. 
Es el impuesto de la admiración cuando no hay nada que admirar; el impuesto de identificación cuando existe muy poco en lo que identificarse con nuestro personaje… De esta manera se va creando un sistema de pago, de intereses y de esclavitudes que sólo cuando las personas se dan cuenta es cuando se pueden liberar de ellas. 

Ante estas esclavitudes es Jesús quien nos advierte que el ser humano está llamado a ir más allá de las cosas, de los impuestos sean del tipo que sean, de los liderazgos temporales pues nada de esto llena ni sacia nuestra vida.

Jesús nos propone otra respuesta desconcertante: el ser humano debe reconocer a Dios como único Señor, pues es en el ser humano donde Dios ha dejado su imagen (Gn 1,27). Para el ser humano sólo Dios debe ser su Señor.
 
El que tenga oidos...que oiga.
 
Hermano Juan Pablo CORC+Obispo Juan David Falcon
 
CRISTO VIVE!!!!!

viernes, 7 de octubre de 2011

Lecturas y Homilia del Domingo del Tiempo Ordinario +09 de Octubre del 2011

Primera lectura
Lectura del libro de Isaías (25,6-10a):

Aquel día, el Señor de los ejércitos preparará para todos los pueblos, en este monte, un festín de manjares suculentos, un festín de vinos de solera; manjares enjundiosos, vinos generosos. Y arrancará en este monte el velo que cubre a todos los pueblos, el paño que tapa a todas las naciones. Aniquilará la muerte para siempre. El Señor Dios enjugará las lágrimas de todos los rostros, y el oprobio de su pueblo lo alejará de todo el país. Lo ha dicho el Señor. Aquel día se dirá: «Aquí está nuestro Dios, de quien esperábamos que nos salvara; celebremos y gocemos con su salvación. La mano del Señor se posará sobre este monte.»


Palabra de Dios

Salmo
Sal 22, 1-6

R/.
Habitaré en la casa del Señor
por años sin término


El Señor es mi pastor, nada me falta:

en verdes praderas me hace recostar;
me conduce hacia fuentes tranquilas
y repara mis fuerzas. R/.


Me guía por el sendero justo,

por el honor de su nombre.
Aunque camine por cañadas oscuras,
nada temo, porque tú vas conmigo:
tu vara y tu cayado me sosiegan. R/.


Preparas una mesa ante mí,

enfrente de mis enemigos;
me unges la cabeza con perfume,
y mi copa rebosa. R/.


Tu bondad y tu misericordia me acompañan

todos los días de mi vida,
y habitaré en la casa del Señor
por años sin término. R/.

Segunda lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses (4,12-14.19-20):

Sé vivir en pobreza y abundancia. Estoy entrenado para todo y en todo: la hartura y el hambre, la abundancia y la privación. Todo lo puedo en aquel que me conforta. En todo caso, hicisteis bien en compartir mi tribulación. En pago, mi Dios proveerá a todas vuestras necesidades con magnificencia, conforme a su espléndida riqueza en Cristo Jesús. A Dios, nuestro Padre, la gloria por los siglos de los siglos. Amén.


Palabra de Dios

Evangelio Lectura del santo evangelio según san Mateo (22,1-14):

En aquel tiempo, de nuevo tomó Jesús la palabra y habló en parábolas a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo: «El reino de los cielos se parece a un rey que celebraba la boda de su hijo. Mandó criados para que avisaran a los convidados a la boda, pero no quisieron ir. Volvió a mandar criados, encargándoles que les dijeran: "Tengo preparado el banquete, he matado terneros y reses cebadas, y todo está a punto. Venid a la boda." Los convidados no hicieron caso; uno se marchó a sus tierras, otro a sus negocios; los demás les echaron mano a los criados y los maltrataron hasta matarlos. El rey montó en cólera, envió sus tropas, que acabaron con aquellos asesinos y prendieron fuego a la ciudad. Luego dijo a sus criados: "La boda está preparada, pero los convidados no se la merecían. Id ahora a los cruces de los caminos, y a todos los que encontréis, convidadlos a la boda." Los criados salieron a los caminos y reunieron a todos los que encontraron, malos y buenos. La sala del banquete se llenó de comensales. Cuando el rey entró a saludar a los comensales, reparó en uno que no llevaba traje de fiesta y le dijo: "Amigo, ¿cómo has entrado aquí sin vestirte de fiesta?" El otro no abrió la boca. Entonces el rey dijo a los camareros: "Atadlo de pies y manos y arrojadlo fuera, a las tinieblas. Allí será el llanto y el rechinar de dientes." Porque muchos son los llamados y pocos los escogidos.»


Palabra del Señor



Homilía

El Evangelio de hoy se refiere al "Banquete de Bodas" preparado por Dios nuestro Señor para todos los seres humanos al final de los tiempos.  Se trata de nuestra salvación, de nuestra felicidad eterna con El para siempre en la Jerusalén Celestial, cuando Dios “enjugará toda lágrima y ya no existirá ni muerte, ni duelo, ni gemidos, ni penas" (Ap. 21, 4)  y viviremos en completa y perfecta felicidad para siempre.


Se trata del "Banquete de Bodas" (Mt. 22, 1-14).   Es la celebración de la Boda del Hijo de Dios con la humanidad.  Y a esa fiesta estamos invitados todos.  Pero en la descripción que hace San Mateo, vemos cómo algunos responden a la invitación del Señor y otros no, porque tuvieron algo más importante que hacer:  “El Reino de los Cielos es semejante a un rey que preparó un banquete de bodas  para su hijo.  Mandó a sus criados que llamaran a los invitados, pero éstos no quisieron ir ... Uno se fue a su campo, otro a su negocio ..."
Y ... ¡cuántas veces no hacemos nosotros lo mismo!  Dios nos llama y en vez de atender su invitación, le damos la espalda.  Dios nos ofrece la oportunidad de ir a su Fiesta y de tener la felicidad para siempre, y ... ¿cómo respondemos?  Si nos revisamos bien, podemos darnos cuenta de la importancia que le damos a las cosas de este mundo, y de cómo postergamos o rechazamos las cosas eternas, al no aceptar las invitaciones del Señor.

¿Será que los hombres y mujeres de hoy estan tan hundidos en los negocios terrenos que consideramos que es tiempo perdido pensar en Dios y en la vida eterna?   Y ¿qué nos dice el Evangelio sobre los que no acepten la invitación al Banquete Celestial?  Es muy claro:  otros serán invitados en lugar de los que no asistan.

Otro Evangelista, San Lucas, al relatar esta Fiesta Celestial nos habla de que el anfitrión invitó luego a los pobres, los inválidos, los cojos y los ciegos (Lc. 14, 22) .   Y ¿quiénes son esos minusválidos que el Señor invita debido a la ausencia de los invitados iniciales?  Son todos aquéllos que el mundo considera insuficientes:  los pobres de corazón, que saben que no tienen nada si no tienen a Dios; los inválidos -inválidos espirituales- que saben que no pueden valerse sin la ayuda de Dios; los cojos que saben que necesitan las muletas que sólo Dios puede ofrecerles; los ciegos que saben que necesitan la luz de Dios para poder ver. 

Los sabios según la sabiduría de este mundo, los orgullosos, los  presuntuosos, los apegados a las cosas del mundo y a los bienes materiales corren el riesgo de ser invitados y de no asistir, por no darse cuenta de que la invitación del Señor es infinitamente más importante que cualquier negocio, cualquier preocupación material, cualquier apego terreno.  Y corren el riesgo, también, de no estar vestidos adecuadamente y de ser echados fuera.
No estar bien vestidos significa no tener suficiente preparación espiritual para poder ser aceptado en la Fiesta de la Salvación, y se visten asi los hipócritas, que ademas de fingir estar preparados para ese encuentro con Dios, creen que puede disimular su mal atuendo interior.
El traje de la boda lógicamente no es algo físico sino mas bien una condición del corazón y una forma de vivir en concordancia con el Evangelio.

+¿Cómo es tu vida interior?
+¿Dedicas tiempo a prepararte interiormente?

La invitación al Banquete Celestial es para todos, pero muchos no aceptan ... y algunos no están debidamente preparados.  De allí la sentencia de Jesús al terminar esta parábola:  "Muchos son los llamados y pocos los escogidos".      

En conclusion:  El mensaje de Jesús rompe las fronteras y está abierto a toda la humanidad, sea de la raza que sea.

La invitación de Dios se hizo por los caminos y senderos y los que iban por ellos representan a los pecadores y a las personas que nunca esperaban una invitación al Reino de Dios.

La invitación de Dios es a una fiesta de bodas. La invitación es a la alegría. Es al gozo y a la paz interior a lo que nos invita el Evangelio.

Es a redimirnos desde nuestras propias miserias humanas.Es la invitacion a vivir plenamente,a bailar y cantar, en un salon lleno de luz, unidos en la fe y esperanza...gozando de una felicidad verdadera y plena.

Hay una enseñanza que nos queda de la Palabra de hoy: Una persona no puede seguir viviendo como vivía antes de encontrarse con el Señor. Debe vestirse de una nueva pureza y santidad y bondad. No tiene que ver con lo que nos ponemos para ir a la Iglesia sino con la verdadera intencion, espíritu y devocion con que que vamos a la casa de Dios.

El que tenga oidos...que oiga.

Hermano Juan Pablo CORC+Revdmo. Juan David Falcon

CRISTO VIVE!!!