¡NO TENGAIS MIEDO!!! YO ESTOY Y ESTARE PARA SIEMPRE CON VOSOTROS! (cf Jn 14, 16-17).

lunes, 27 de septiembre de 2010

Lc 20,27-38: "¡Y Dios no es Dios de muertos, sino de vivos, pues para Él todos están vivos!"


Algunos saduceos acudieron a ver a Jesús. Los saduceos niegan que haya resurrección de los muertos, y por eso le preguntaron a Jesús: Maestro, Moisés nos dejó escrito que si un hombre casado muere sin haber tenido hijos con su mujer, el hermano del difunto deberá tomar por esposa a la viuda para darle hijos al hermano que murió. Pues bien, había una vez siete hermanos, el primero de los cuales se casó, pero murió sin dejar hijos. El segundo y luego el tercero se casaron con la viuda, y lo mismo hicieron los demás, pero los siete murieron sin dejar hijos. Finalmente murió también la mujer. Así pues, en la resurrección, ¿cuál de ellos la tendrá por esposa, si los siete estuvieron casados con ella?



Jesús les contestó: En este mundo, los hombres y las mujeres se casan; pero los que merezcan llegar a aquel otro mundo y resucitar, sean hombres o mujeres, ya no se casarán, por lo mismo que tampoco podrán morir. Serán como los ángeles, y serán hijos de Dios por haber resucitado. Hasta el mismo Moisés, en el pasaje de la zarza ardiendo, nos hace saber que los muertos resucitan. Allí dice que el Señor es el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob. ¡Y Dios no es Dios de muertos, sino de vivos, pues para él todos están vivos!


REFLEXION


Se acerca ya la fecha (noviembre) en la cual el ambiente se impregna de aroma de flores, inciensos…vemos los cementerios iluminados con velas y una multitud de hermanos y hermanas rezando y velando a sus muertos… Pero la sagrada escritura nos declara muy tajantemente que "Dios es un Dios no de muertos, sino de vivos..."


Jesús nos dijo: "Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia..." Es tal la grandeza de la Vida que el Señor nos da , nos trae, que nos sirve para esta vida y para la otra. Sí; escucharon bien, y para la otra...


Resulta que muchas personas que dicen tener mucha fe, creer en Dios, y todas las demás cosas propias de los cristianos, dicen tener miedo a la muerte y, si le recuerdas la otra vida, te dirán que eso nadie lo sabe, que nadie ha vuelto...


Es verdad que los sacerdotes predicamos poco sobre la vida eterna. Sera que cuando se hacía con gran empeño las personas optaron por afianzarse tanto a esa vida venidera que se olvidaron de la que nos amanece cada día? O sera que no hemos entendido el mensaje central de nuestro Amado Cristo?.


Saben… la vida cristiana es una cuestión de equilibrios constantes entre el "ya pero todavía no”...Hoy por hoy, a mi mismo me han preguntado, (y aprovecho para agradecer sus comentarios, preguntas y sugerencias) si estoy obsesionado por la inmortalidad, por la vida, por la resurreccion…pues en esta web, toda la predicacion y reflexiones, hasta ahora estan relacionadas y centradas en estos temas…yo les pregunto, hay algo mas importante que la vida?


Se acercan a Jesús un grupo de saduceos que negaban la resurrección de los muertos. Se acercan con una pregunta con doble intención. Ya saben ustedes que las personas que están predispuestas a negar las verdades religiosas, en muchas ocasiones, tratan de ridiculizarlas. Así hicieron nuestros amigos saduceos.


Citan a Jesús la "Ley del levirato" (Dt 25, 5-10) y le ponen un ejemplo práctico para la aplicación de esta ley. Siete veces quedó viuda una mujer.


En la otra vida ¿Quién será su verdadero esposo?... ¿el primero? ¿el quinto...?


El Maestro les contesta que la condición de los hijos de Dios en el cielo, después de la resurrección, será muy diferente de la condición que tenemos en este mundo.


Hablar de la muerte, a muchos no les agrada…y es que desde pequenos, nuestros padres y la sociedad en general, la han relacionado con oscuridad, miedo, espanto…terminacion, fin, muchos ni querrian hablar del tema o escuchar de el, por temor a tener pesadillas por las noches...


Muchos otros la muerte la conocen porque la ven en otros, pero todos siguen sin entenderla y continua siendo una pregunta sin respuesta...


Hay muchas personas que esperan la otra vida con desesperación, dejando de vivir esta que ya tienen. Anhelan la otra porque la de aquí no les satisface. Se olvidan que ya el cielo (el estar con Dios) comienza desde aquí, ahora. Sólo tenemos que esperar después de la muerte que sea eterno. No se puede ambicionar la vida eterna cuando esta vida terrenal se vive lejos de Dios...


En la vida eterna ya no se morirá por eso no hace falta la reproducción. Donde no hay muerte, no se necesita sucesión.


Allí los seres humanos serán "como ángeles". No dice que serán ángeles, pues el cuerpo resucitado y glorioso no dejará de ser cuerpo, mientras que los ángeles son espíritus incorpóreos.


Tendremos un "cuerpo espiritual". No significa que el cuerpo se convierta en espíritu, sino que será totalmente gobernado y movido por el Espíritu.


Los cristianos tenemos un convencimiento profundo: Existe otra vida después de ésta. Pero sería absurdo explicar aquella realidad con los elementos de nuestra vida presente. Tenemos que entrar en la terminología de Dios para ver y entender estas realidades espirituales.


Es una pena que nuestras Iglesias se llenen para los funerales, muchas veces como compromiso social y otras para agarrarse a algo. Nuestros templos, en cambio, se quedan medio vacíos cuando celebramos la Resurrección. No es fácil hablar de estos temas cuando no se tiene en el corazón la seguridad de la presencia de quien nos espera más allá de la frontera del dolor de la separación.


Toda la existencia de Jesús estuvo llena de Vida. Su nacimiento y milagros, sus Palabras y acciones, sus intenciones y deseos, todo respiraba vida. Hoy nuestra fe en Él tiene que revitalizarse y eso lo podemos y tenemos que hacer desde el Espíritu que da Vida y Vida en abundancia.


Tenemos necesidad de encontrarnos con Cristo en el camino de esta vida para que cuando estemos en su presencia en la otra no nos resulte un desconocido. El infierno comienza cuando en esta vida estamos ante la presencia de Dios y no le reconocemos por nuestra humana mediocridad.


Sólo la fuerza de la fe, el impacto de la Palabra y el fruto de las obras del Espíritu serán capaces de irnos revelando quién está detrás de todos los misterios.Y nos daran asi la seguridad que necesitamos para enfrentar nuestra muerte y la de nuestros seres queridos, con dignidad, alegria y esperanza. Sintiendonos preparados para disfrutar de la vida eterna, que Cristo nos promete.


Nuestro "yo" profundo que llamamos "alma", ya desde el momento de la muerte, va a reunirse con Cristo en una vida glorificada y feliz. Tal es nuestra condición de peregrinos en la Tierra.


Los frutos del Espíritu: amor, gozo, paz, paciencia, positivismo, union, bondad... nos irán mostrando el camino para ese encuentro gozoso con el Señor. Los sacramentos serán auxiliares imprescindibles en el caminar junto a Jesús.


Mientras tanto, siguen resonando en mi interior una de las palabras de Jesús dijo en la cruz: "Hoy estarás conmigo en el Paraíso". Toda mi vida he intentado mantener ese "Hoy" en la presencia de Jesús. Cuando llegue ese encuentro definitivo no quiero que Dios me encuentre en el ayer de mi vida. Sólo hoy, en este día que estoy viviendo, sé que puedo ser feliz con mi Señor. La eternidad me espera y yo la espero en el Señor.

Estoy obsesionado por la vida?...estoy loco y obsesionado por mi Amado Dios, que es Vida…y Vida en abundancia…Vida Eterna!!!. Amen.


El que tenga oidos…que oiga.


Cristo vive!! Revdmo. David Falcon
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1. ¿Cómo concibes la muerte? ¿Con miedo, pena, rabia...?

2. ¿Crees en la vida eterna? ¿Qué es para ti?
3. ¿Puede una persona ser cristiana sin creer en la resurrección?
4. ¿Cómo te da vida Jesús cada día en tu vida?
5. ¿Cómo das testimonio de tu fe en esta vida?

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