¡NO TENGAIS MIEDO!!! YO ESTOY Y ESTARE PARA SIEMPRE CON VOSOTROS! (cf Jn 14, 16-17).

miércoles, 1 de septiembre de 2010

PARABOLAS

Es curioso ver que personas cristianas de toda la vida viven casi de espaldas a la palabra del Señor. Esta realidad de no tener en cuenta la Sagrada Escritura, debilita mucho nuestras fuerzas espirituales. Y nos hace presa facil del engaño y el abuso, de muchos depredadores biblicos y enemigos de Dios.
Para entender un poco mejor la importancia de la palabra de Dios acudiremos en este tiempo a las parábolas.
Las parábolas son un modo de enseñar muy sencillo y muy provechoso, a la vez de ser muy agradable de escuchar y fácil de recordar. La parábola instala el mensaje en el subconciente de la persona. No es un tratado de sagrada escritura lo que nos propone Jesús sino un acercamiento vital a la Palabra de Dios.


¿Qué lugar ocupa la palabra de Dios en tu vida diaria?

¿Eres capaz de leer, meditar e intentar vivir la palabra?


La palabra hoy en dia se predica por muchos medios, se reparte a todos por igual,  pero cae en desigual terreno; es la misma palabra pero cada persona la recibe de diferente manera y solo germina en los que son tierra fertil para ella.
Comenzaremos con la parabola de “el trigo y la cizaña”.


Mt, 24-30,36-43. "Dejad crecer juntos el trigo y la cizaña".

Jesús les contó esta otra parábola: "El reino de Dios puede compararse a un hombre que sembró buena semilla en su campo; pero mientras todos dormían llegó un enemigo que sembró mala hierba entre el trigo, y se fue. Cuando creció el trigo y se formó la espiga, apareció también la mala hierba. Entonces los labradores fueron a decir al dueño: "Señor, si la semilla que sembraste en el campo era buena, ¿cómo es que ha salido mala hierba?" El dueño les dijo: "Un enemigo ha hecho esto." Los labradores le preguntaron: "¿Quieres que vayamos a arrancar la mala hierba?" Pero él les dijo: "No, porque al arrancar la mala hierba podéis arrancar también el trigo. Es mejor dejarlos crecer juntos, hasta la siega; entonces mandaré a los segadores a recoger primero la mala hierba y atarla en manojos, para quemarla, y que luego guarden el trigo en mi granero."


“Sembrar cizaña” en nuestro léxico -y hasta en el Diccionario- significa poner enemistad o hacer daño a otro. Y este significado figurado que usamos en nuestro lenguaje, ciertamente viene de esta Parábola del Señor sobre el trigo y la cizaña.


Y ¿qué es la cizaña? Es una “mala hierba” -así también la denomina la escritura- que crece en los sembradíos de trigo y de avena y que se confunde con éstos, pues también produce granos, que por cierto, son tóxicos si se ingieren.

 El mensaje de esta parabola nos da una de las respuesta más increíble que podamos imaginar: el bien camina junto al mal por las mismas sendas, por el mismo camino. Pero hay una seguridad: el mal se desvanecerá antes de llegar al final del camino. Se desvanecerá por la fuerza invisible del bien. 


El trigo y la cizaña cuando empiezan a crecer se parecen tanto que los judíos de la época pensaban que la cizaña era trigo que se había corrompido. El bien y el mal andando juntos en nuestra realidad humana, se parecen mucho, por eso a veces nos confundimos…pero por supuesto, NO son para nada iguales.


El Reino de Dios necesita ser sembrado, cuidado, mimado, vivido. El mal se propaga por sí solo, sólo hay que sembrarlo. Hay una realidad fácilmente comprobable y es que el mal logra esconderse largo tiempo en la vida de las personas en forma de odio, maldad, celos, ignorancia, miedo, alejamiento de Dios, etc.


En el mundo el mal está presente en forma de toda clase de acciones que conducen al ser humano a la infelicidad permanente. Existe un estado donde la persona va perdiendo el norte de su vida y al final no sabe ni quién es, ni dónde está, ni a dónde va.


La paradoja del mal y del bien en el mundo es que el mal parece no exigir gran esfuerzo, se hace con facilidad y hasta con impunidad. Hacer sufrir a alguien es muy sencillo, destruir es muy fácil; pero hacer el bien, crear, hacer crecer a los demás, hacerlos personas racionales, recrearlos de nuevo, libres ya de las ataduras del pecado, es una obra que sólo puede hacer Dios a través de nosotros, por medio de su palabra.


Una persona se puede contagiar del mal fácilmente con la actuación de otra persona.
Una persona sólo puede estar incitada permanentemente al bien si Dios la ilumina, le da la fuerza necesaria y el apoyo en el interior de su corazón. Para sembrar el bien cada persona debe ser para la otra hermano y hermana.


Un medio muy eficaz para poder sembrar en nuestros hermanos la semilla del bien, la semilla del Amor…es darles a conocer y acercarlos precisamente a La Palabra de Dios.


Para muchas personas la Sagrada Escritura, la palabra de Dios, aparece como algo sin fuerzas, sin posibilidad de transformar la vida de los seres que nos rodean.Pero la realidad es que La Palabra de Nuestro Senor es un instrumento muy poderoso, ademas de sencillo y de facil acceso, capaz de transformar una vida o millones de vidas… pues es como una pequeña semilla, casi insignificante: no está hinchada de filosofía, no quiere alardes y puede ser predicada y entendida por cualquier persona que se abra al bien.


No debemos olvidar que ambas siembras, la de la bondad de Dios y el mal se hacen casi al mismo tiempo, actualmente estamos bombardeados de mil ideologias superficiales y negativas que nos ciegan y esclavizan, permitiendo que otros tengan el control de nuestra voluntad, de nuestra vida...y por lo mismo, debemos de contrarrestar tanta informacion, tanta palabra de los hombres, con la Palabra de Dios y asi cada persona en conciencia podra decidir qué cosecha escoger. La del trigo o la cizaña …el bien o el mal.


Estoy convencido, gracias a la Palabra de Nuestro Senor Jesus Cristo, que Dios triunfará al final de la Historia…

Por lo mismo, queridos hermanos, para saber lo que está bien y lo que está mal, hacia que camino dirigir nuestras vidas, tenemos que recurrir una y otra vez a la palabra y al corazón de Dios; a la experiencia cristiana de tantos hombres y mujeres donde la bondad ha hecho su morada. Tenemos que volver una y otra vez a nuestro corazón, para que en ese diálogo interior y personalísimo con el Señor, en la ORACION, nos haga entender que nosotros no estamos llamados a ser “amarrados en manojos y quemados por los segadores”; sino al contrario, fuimos creados para ser trigo, para dar buenos frutos y ser cosechados por los angeles de Dios y asi ser llevados a ese granero divino, donde solo existira Armonia, Felicidad y Amor…estamos llamados a la Vida Eterna…a trascender en Cristo Jesus. Asi sea.

!! Menos palabra de los hombres…mas palabra de Dios !!

El que tenga oidos..que oiga.(ap.2,7.3,6)

!!CRISTO VIVE !! Revdmo. David Falcon

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