¡NO TENGAIS MIEDO!!! YO ESTOY Y ESTARE PARA SIEMPRE CON VOSOTROS! (cf Jn 14, 16-17).

sábado, 11 de junio de 2011

Lecturas y Homilia del DOMINGO DE PENTECOSTÉS + 12 de Junio del 2011

Primera lectura
Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles (2,1-11):

Al llegar el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en el mismo lugar. De repente, un ruido del cielo, como de un viento recio, resonó en toda la casa donde se encontraban. Vieron aparecer unas lenguas, como llamaradas, que se repartían, posándose encima de cada uno. Se llenaron todos de Espíritu Santo y empezaron a hablar en lenguas extranjeras, cada uno en la lengua que el Espíritu le sugería. Se encontraban entonces en Jerusalén judíos devotos de todas las naciones de la tierra. Al oír el ruido, acudieron en masa y quedaron desconcertados, porque cada uno los oía hablar en su propio idioma.

Enormemente sorprendidos, preguntaban: «¿No son galileos todos esos que están hablando? Entonces, ¿cómo es que cada uno los oímos hablar en nuestra lengua nativa? Entre nosotros hay partos, medos y elamitas, otros vivimos en Mesopotamia, Judea, Capadocia, en el Ponto y en Asia, en Frigia o en Panfilia, en Egipto o en la zona de Libia que limita con Cirene; algunos somos forasteros de Roma, otros judíos o prosélitos; también hay cretenses y árabes; y cada uno los oímos hablar de las maravillas de Dios en nuestra propia lengua.»
Palabra de Dios

Salmo
Sal 103,1ab.24ac.29bc-30.31.34

R/.
Envía tu Espíritu, Señor,
y repuebla la faz de la tierra


Bendice, alma mía, al Señor:

¡Dios mío, qué grande eres!
Cuántas son tus obras, Señor;
la tierra está llena de tus criaturas. R/.

Les retiras el aliento, y expiran

y vuelven a ser polvo;
envías tu aliento, y los creas,
y repueblas la faz de la tierra. R/.

Gloria a Dios para siempre,

goce el Señor con sus obras.
Que le sea agradable mi poema,
y yo me alegraré con el Señor. R/.

Segunda lectura
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios (12,3b-7.12-13):

Nadie puede decir: «Jesús es Señor», si no es bajo la acción del Espíritu Santo. Hay diversidad de dones, pero un mismo Espíritu; hay diversidad de ministerios, pero un mismo Señor; y hay diversidad de funciones, pero un mismo Dios que obra todo en todos. En cada uno se manifiesta el Espíritu para el bien común. Porque lo mismo que el cuerpo es uno y tiene muchos miembros, y todos los miembros del cuerpo, a pesar de ser muchos, son un solo cuerpo, así es también Cristo. Todos nosotros, judíos y griegos, esclavos y libres, hemos sido bautizados en un mismo Espíritu, para formar un solo cuerpo. Y todos hemos bebido de un solo Espíritu.

Palabra de Dios


Secuencia


Ven, Espíritu divino,

manda tu luz desde el cielo.
Padre amoroso del pobre;
don, en tus dones espléndido;
luz que penetra las almas;
fuente del mayor consuelo.
Ven, dulce huésped del alma,
descanso de nuestro esfuerzo,
tregua en el duro trabajo,
brisa en las horas de fuego,
gozo que enjuga las lágrimas
y reconforta en los duelos.
Entra hasta el fondo del alma,
divina luz, y enriquécenos.
Mira el vacío del hombre,
si tú le faltas por dentro;
mira el poder del pecado,
cuando no envías tu aliento.
Riega la tierra en sequia,
sana el corazón enfermo,
lava las manchas,
infunde calor de vida en el hielo,
doma el espíritu indómito,
guía al que tuerce el sendero.
Reparte tus siete dones,
según la fe de tus siervos;
por tu bondad y tu gracia,
dale al esfuerzo su mérito;
salva al que busca salvarse
y danos tu gozo eterno.

Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Juan (20,19-23)

Al anochecer de aquel día, el día primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo: «Paz a vosotros.»
Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado.
Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor.
Jesús repitió: «Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo.»
Y, dicho esto, exhaló su aliento sobre ellos y les dijo: «Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos.»
Palabra del Señor

HOMILIA

Pues hermanos…como hemos venido reflexionando en estos dias, nos damos cuenta  que para muchos cristianos la fe está sujeta a teorías más o menos aceptadas y no a una vivencia concreta. Me explico. Desde pequeño se nos dice que tenemos que creer en lo que formulamos en el Credo. Son realidades espirituales que abarcan la historia de la salvación. El tema está que para muchas personas estas frases son sólo eso: frases vacías, de poco contenido vivencial. De esta manera vemos que se pueden decir muchas cosas de grandes contenidos pero sin sentir vivencialmente la plenitud de lo que decimos.
Algo parecido nos ocurre con el Espíritu Santo. Una vez pregunté a unos niños quién era el Espíritu Santo y sólo uno me contestó bien: "El Espíritu Santo es Dios." Y es asi…el Espiritu Santo es Dios que se queda en nosotros, en nuestra vida diaria y nos alienta en nuestro caminar diario de cristianos.

¿Eres una persona "espiritual"? ¿Qué es ser "espiritual"?.

Para muchos detrás de este calificativo se esconden muchas complicaciones interiores. A un carácter tímido, cerrado, sin empuje, que se refugia en la fe muchas veces para tratar de explicar sus propias fustraciones... se le puede tildar de "espiritual...!! Nada más lejos de la verdad!!. Ser espiritual no es ser tímido, cerrado, lleno de miedos y complejos. Ser espiritual es dejarse guiar por el Espíritu, tener un carácter firme, alegre, seguro…dispuesto.

Nadie puede dudar que san Pedro o san Pablo eran personas espirituales y por lo mismo podemos afirmar que no eran personas tímidas, cerradas, metidas en su pequeño y corto mundo, si no todo lo contrario, lideres alegres, llenos de vida y Amor…

Ser espiritual es tener un corazón donde quepa todo el mundo…pero el problema de muchos corazones es que padecen de atrofia espiritual. Cuanto menos se entregan al Señor más pequeños y egoístas se vuelven. Con el tiempo llegan incluso a confundir las cosas, llamando a lo bueno malo y a lo malo bueno. Ese es el camino de quien no vive en la sintonía del Espíritu Santo.
Todo rito religioso celebrado, les parece sin "alma" (sin vida)aburrido,no les llena. Son para ellos palabras vacías que no producen ecos espirituales, sino ecos mudos de sus propias frustraciones. Las personas que se dicen creyentes y viven así lo que les ocurre es que se mantienen en un permanente infantilismo que infantiliza negativamente todo lo que con ellos se roza.

Estamos llamados a crecer en el Espíritu. Estamos invitados a madurar humana y espiritualmente y para ello necesitamos la presencia constante de Dios en nuestra vida.
La Palabra nos recuerda que los discípulos estaban reunidos (como muchas veces nos reunimos nosotros hoy), pero tenían las puertas cerradas (no se refiere sólo a las puertas físicas, sino a las de nuestro corazón), por miedo (tengo que descubrir los miedos que rondan mi vida y me impiden crecer como persona y creyente). Bien sabe el Señor que para la titánica misión de crecer y hacer presente a Dios en el mundo es necesario la ayuda del propio Dios. El ser humano no tiene fuerzas suficiente para por sí mismo mantenerse en la presencia constante de Dios. Es por ello que necesitamos de su ayuda y aliento.
¿Vives tú bajo la ley del Espíritu?

Los frutos del Espíritu Santo son el testimonio más importante de su acción en nosotros. Somos cristianos en la medida que dejamos que Dios nos transforme y nos capacite para ser sus seguidores.

A pesar de estar la casa cerrada Jesús no violenta las cerraduras ni da una patada en la puerta de aquellos discípulos. Entra silenciosamente. Se filtra por las paredes. Aquellos estaban llenos de miedo pero estaban reunidos recordando lo que había ocurrido. Fue tan fuerte el ver a Cristo resucitado, tan fuerte la fuerza de su Espiritu, que el miedo les desapareció y a partir de ese momento se creó la Iglesia. La Iglesia aparece por tanto con estos elementos: estaban reunidos- aceptando la presencia de Cristo Resucitado- abriendo las puertas del alma- superando el miedo- recibiendo el Espíritu Santo.

La Iglesia es la patria del alma. Ser Iglesia es tener las puertas abiertas, reunidos y sin miedos, esperanzados, agradecidos y felices. Quienes intentan vivir el Evangelio desde esas premisas son los que ven y sienten cómo el Espíritu Santo los va transformando, ayudandolos a crecer en la fe y madurar en sabiduria y verdad… día a día.

Los fieles, sacerdotes, religiosas, ministros… que viven llenos de miedos e inseguridades,tristes, frustrados, inseguros, fastidiados, viendo egoistamente solo por sus intereses, serán unos ineficaces discípulos porque en ellos no se dan los frutos del Espíritu.Su palabra es esteril, su testimonio vacio… Quien vive en cobardías sólo cobardías transmitirán a otros. No puedes dar lo que no tienes, si no vives en el Espiritu, en el Amor…no podras darlo a los demas.Quienes piensan que la fe es algo tan íntimo que no necesita ser compartida se encontrarán encerrados en su egoísmo, solos y sin la presencia alegre, viva del Espíritu Santo.

En este día de Pentecostés tenemos que preguntarnos sobre el proceso de madurez de nuestra fe:
+ ¿Ha ido mi corazón en todos estos años acercándose a la madurez espiritual a la que soy llamado? 
+ ¿Qué cerraduras son las más difíciles de abrir en mi vida y por qué?
+ ¿Qué miedos son los que todavía tengo que superar? 
+ ¿Acepto al Espíritu Santo en mi vida?...
Responde sinceramente…y abre la puerta de tu Corazon al Espiritu Santo, dejate llevar…dejate transformar!!!

¿Cómo puede suceder esta trasformación en nosotros?  El protagonista del cambio tan radical de los apostoles fue el Espíritu Santo.  Pero no podemos dejar de observar cuál era la actividad principal de los Apóstoles antes de Pentecostés: “Todos ellos perseveraban en la oración con un mismo espíritu ... en compañía de María, la Madre de Jesús ... Acudían diariamente al Templo con mucho entusiasmo” (Hech. 1, 12-14 y 2, 46).  

Esa es la actitud!!...El secreto del Espíritu Santo, el secreto de la acción del Espíritu Santo en nosotros y a través de nosotros está en la oración: oración perseverante, frecuente, con entusiasmo y siempre junto a Nuestra Santísima Virgen María. 

 ¡Ven, Espíritu Santo!... y transforma nuestros corazones!! Amen!

El que tenga oidos…que oiga.

Revdmo. J David Falcon+hermano juan Pablo CORC

CRISTO VIVE!!


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