¡NO TENGAIS MIEDO!!! YO ESTOY Y ESTARE PARA SIEMPRE CON VOSOTROS! (cf Jn 14, 16-17).

sábado, 13 de octubre de 2012

Lecturas y Homilia del Domingo 28º del Tiempo Ordinario*14 de Octubre del 2012


Primera lectura
Lectura del libro de la Sabiduría (7,7-11):

Supliqué, y se me concedió la prudencia; invoqué, y vino a mí el espiritu de sabiduría. La preferí a cetros y tronos, y, en su comparación, tuve en nada la riqueza. No le equiparé la piedra más preciosa, porque todo el oro, a su lado, es un poco de arena, y, junto a ella, la plata vale lo que el barro. La quise más que la salud y la belleza, y me propuse tenerla por luz, porque su resplandor no tiene ocaso. Con ella me vinieron todos los bienes juntos, en sus manos había riquezas incontables. 

Palabra de Dios


Salmo
Sal 89,12-13.14-15.16-17

R/. Sácianos de tu misericordia, Señor.

Enséñanos a calcular nuestros años,
para que adquiramos un corazón sensato.
Vuélvete, Señor, ¿hasta cuando?
Ten compasión de tus siervos. R/.

Por la mañana sácianos de tu misericordia,
y toda nuestra vida será alegría y júbilo.
Dános alegría, por los días en que nos afligiste,
por los años en que sufrimos desdichas. R/.

Que tus siervos vean tu acción,
y sus hijos tu gloria.
Baje a nosostros la bondad del Señor
y haga prósperas las obras de nuestras manos. R/.


Segunda lectura
Lectura de la carta a los Hebreos (4,12-13):

La palabra de Dios es viva y eficaz, más tajante que espada de doble filo, penetrante hasta el punto donde se dividen alma y espíritu, coyunturas y tuétanos. juzga los deseos e intenciones del corazón. No hay criatura que escape a su mirada. Todo está patente y descubierto a los ojos de aquel a quien hemos de rendir cuentas.

Palabra de Dios



Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Marcos (10,17-30):

En aquel tiempo, cuando salía Jesús al camino, se le acercó uno corriendo, se arrodilló y le preguntó: «Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna?»
Jesús le contestó: «¿Por qué me llamas bueno? No hay nadie bueno más que Dios. Ya sabes los mandamientos: no matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, no estafarás, honra a tu padre y a tu madre.»
Él replicó: «Maestro, todo eso lo he cumplido desde pequeño.»
Jesús se le quedó mirando con cariño y le dijo: «Una cosa te falta: anda, vende lo que tienes, dale el dinero a los pobres, así tendrás un tesoro en el cielo, y luego síguerne.»
A estas palabras, él frunció el ceño y se marchó pesaroso, porque era muy rico. Jesús, mirando alrededor, dijo a sus discípulos: «¡Qué difícil les va a ser a los ricos entrar en el reino de Dios!»
Los discípulos se extrañaron de estas palabras. Jesús añadió: «Hijos, ¡qué difícil les es entrar en el reino de Dios a los que ponen su confianza en el dinero! Más fácil le es a un camello pasar por el ojo de una aguja, que a un rico entrar en el reino de Dios.»
Ellos se espantaron y comentaban: «Entonces, ¿quién puede salvarse?»
Jesús se les quedó mirando. y les dijo: «Es imposible para los hombres, no para Dios. Dios lo puede todo.»

Pedro se puso a decirle: «Ya ves que nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido.»
Jesús dijo: «Os aseguro que quien deje casa, o hermanos o hermanas, o madre o padre, o hijos o tierras, por mí y por el Evangelio, recibirá ahora, en este tiempo, cien veces más casas y hermanos y hermanas y madres e hijos y tierras, con persecuciones, y en la edad futura, vida eterna.»

Palabra del Señor



Homilía

Desde hace años tengo el convencimiento que la verdadera conversión empieza siempre por el bolsillo.Por supuesto me refiero a que tan lleno o vacio este nuestro bolsillo... Digo esto haciendo una interpretación amplia del término "bolsillo". Nadie que viva muy apegado a sus seguridades, a sus dineros, a sus famas, a su poder, a sus solos recursos humanos puede ser un buen seguidor de Cristo. Nadie que esté muy atado a las cosas materiales podrá entregar su vida a los demás, a los que ve, y menos al Señor que no ve...

Hasta Jesús llegó un hombre corriendo, parece que iba con mucha prisa por hablar con el Maestro, y le pregunta sobre lo que tenía que hacer para alcanzar la vida eterna, o sea, la felicidad eterna. Es curioso como la mayoría de las personas se interesan por el bien que se puede tener en este mundo; pero él pregunta sobre el bien que se debe hacer en este mundo. Hoy no está de moda plantearnos la felicidad que se puede conseguir por el camino del deber. Muchas personas reniegan de todo lo que aparentemente les es obligado, cuando en realidad lo que tendrían que hacer es cumplir con alegría su misión para asi obtener frutos de felicidad.

La respuesta que Jesús le dirige es hacia la práctica... Nunca he entendido eso de "yo soy católico no practicante..."mmmm o sea como? Nunca me han dado una respuesta razonable...se es o no se es...o como?
 En la fe, como en la vida diaria, las acciones son reflejos de lo que somos y queremos de nuestra existencia. Vivir la fe no es tener claro teóricamente lo que significa seguir a Cristo sino caminar prácticamente con Él en la actividad ordinaria, diaria...en los senderos de la vida y de la verdad.

El hombre rico de este evangelio parece que estaba preparado para ganar la vida eterna al cumplir los mandamientos. Jesús le mira con afecto y le pone una exigencia: "Ve, vende todo lo que tienes y dáselo a los pobres. Así tendrás riquezas en el cielo. Luego ven y sígueme."
 Cumplía los mandamientos, pero 
¿estaba su corazón tan desprendido del poder y la afición del dinero? ¿De verdad quería la vida eterna a toda costa?

Por lo que se desprende de la Escritura, quería la vida eterna como algo adicional a sus riquezas. ¿Estaba dispuesto a confiar en Cristo sólo por la fe, creyendo sólo en su palabra, sin ver los resultados de tal opción? al parecer no...pues se fue...

Muchos creen que sólo con hacerse cristiano una persona se hace feliz. Este es una falsa idea y me parece que un mal planteamiento pastoral. El seguimiento de Jesús es duro, progresivo, exigente, lleno de mares en calma, pero también de tormentas tanto internas como externas. 
Con este comentario Intento transmitir, además de que valoremos la salvación que nos trae Jesús, nos demos cuenta de la presencia constante a nuestro lado de un Dios bueno que nos ama por encima de todo y con un amor a prueba de cualquier prueba. Un amor así sólo puede producir felicidad en quien lo acoge...o no?

Hay que reconocer que Jesús es el peor propagandista de su causa. Publicitariamente es simplemente un desastre... Sí, promete la vida eterna, y la felicidad, y el ciento por uno... pero el precio que exige es muy caro: entregar la vida entera a la causa del Reino de Dios. La Iglesia no queda mejor parada. A la Iglesia no se le promete en este mundo prosperidad, éxito y aceptación social... Jesús no prometió para sus discípulos un maravilloso plan para sus vidas, sino un plan divino, que incluiría sufrimientos, aflicción, hambre, pérdida de amigos y cargos y hasta la posibilidad de una muerte cruenta... un plan que nos asegura que aunque el mundo nos odie, Dios continuará amándonos y protegiéndonos. ¡Cuántas veces tratamos de rebajar con el agua de nuestra cobardía las exigencias de Jesús! Somos o tenemos que ser la sal de la Tierra y no azúcar del mundo. 
Satanás es el que ofrece el poder sobre los reinos de este mundo, sera que estamos escuchando mas la voz de este miserable personaje...que la voz de Cristo?¡¡...El Reino de Dios es otra cosa...

Este hombre rico se marchó triste porque con tales exigencias no podía seguir a Cristo por un camino más fácil, echando manos de la vida eterna, y conservando, al mismo tiempo, sus posesiones temporales. Como no podía alcanzar ambas cosas a la vez, se marchó. Al elegir el dinero se apartó de Cristo.

Jesús a los discípulos no les endulzará el mensaje ni les rebajará el precio que había puesto al mandamiento de seguirle; quizás una cruz menos pesada les resultara a ellos más aceptable. Pero las cosas de Dios no están sometidas a un vulgar regateo. Lo tomas o lo dejas. Si quiere marcharse, que se marche. El que quiera marcharse...que se vaya¡¡ Cristo no quiere consigo a nadie contra su voluntad.


Aclaro, porque por lo regular asi se entiende y se malinterpreta este Evangelio. Cristo con estas palabras no excluye a los ricos de la salvación. Un rico bien puede estar disponible a las cosas del Señor, tener fe y ser un buen cristiano, compartiendo lo que tiene con su projimo...mientras que un pobre puede ser egoísta en su indigencia, orgulloso, abusador e infiel a las cosas de Cristo.
 Lo que nos intenta transmitir hoy Jesus, nuestro Maestro, es que quien acumula riquezas del tipo que sea: dinero, placer, poder, fama... tienen muchas más tentaciones y distracciones que no tienen los pobres que han puesto su vida en las manos de Dios.

Los discípulos ante tales exigencias se quedaron aún más asombrados y se preguntaban ¿y quién entonces podrá salvarse...? y la respuesta es...pues quien está en comunión con Dios, confía en Él y depende de su gracia. Hay que tener claro que todo es posible en compañía con Dios. Esa debe de ser nuestra seguridad y fortaleza...

Pedro le dice que ellos han dejado "todo lo que teníamos, y te hemos seguido". Bonita escena. En un mismo episodio un hombre se aleja y otros se dan cuenta que han dejado todo para encontrar la felicidad en sus vidas. ¿A qué se refiere con ese "todo"? No sólo se refiere a cosas materiales, no debemos entenderlo literal, porque entonces muchas personas no tendrian que dejar pues son sumamente pobres. Jesús habla de dejar "casa", "hermanos", "hermanas", "madre", "padre", "hijos" o "tierras", o sea, abandonar las seguridades interiores y las exteriores.Nada material y de este mundo puede ser mas importante que Dios, que nosotros mismos, que nuestras familias...que nuestros hermanos en Cristo, ¡NADA¡
 ¡Sólo Dios puede ser nuestra seguridad¡. Quien viva así tendrá suficiente compensación mientras viva y por supuesto tendra ganada la vida eterna después de esta humanidad.

Quien se entrega totalmente a Dios en su vida, en su mente y en su corazón, ése es quien lo ha dejado todo por seguir a Jesús. Es pobre quien espera todo de Dios.

Sé que en la Escritura se pregunta aquello de "...qué frutos llevaré en las manos cuando esté en la presencia de Dios..." La verdad es que esto nunca me ha preocupado. Desde joven no he intentado ir haciendo acopio de méritos para llevarlos a la presencia de Dios. Todo lo contrario. Cuando esté ante nuestro Señor procuraré ir muy ligero de equipaje. Le diré: mira Señor, me diste alegría y la regalé toda; me diste inteligencia y la gasté en servicio de los más débiles; me diste esperanza y la derramé a manos llenas; me diste fe y la contagié a otros; me diste amor y lo esparcí en todas las personas que me encontré por los caminos de la vida... Aquí me tienes sin nada. Dejé todo atrás. Vengo sin exceso de equipaje; vengo con lo justo: Tú, yo, la eternidad... Creo que la respuesta de Dios la sé...y tu?.

Hoy debes de preguntarte si eres el hombre que llegó corriendo y se marchó triste o uno de aquellos discípulos asombrados... o ¿quizás eres los dos a la vez...?

EL QUE TENGA OIDOS...QUE OIGA.



OREMOS¡¡

Señor Jesús y Dios Padre Misericordioso,
Tú nos miras con Cariño y nos invitas a seguirte.

¡Gracias por Llamarnos una y otra vez a seguirte a Ti!

Nos pides con Ternura seguirte a Ti sin condiciones,
poniendo nuestras seguridades y confianza sólo en Ti,
porque únicamente así conoceremos la Gratuidad de tu Amor,
de tu Reino de Vida y de Salvación que llena de Amor al mundo.

Gracias por enseñarnos que el Reino de Dios es tu Gran Regalo
y que no puede lograrse jamás con los medios materiales.
Hoy Tú nos pides ser generosos y compartir nuestros bienes
para que no depositemos nuestra confianza en las riquezas,
ya que sólo Tú, Dios nuestro, eres el Dueño de nuestras vidas.

Ayúdanos Tú, Dios Bueno, a no ser nunca injustos con los demás,
ni a desentendernos de los pobres y excluidos de nuestra sociedad.
Ayúdanos a cumplir siempre tus Mandamientos y tu Voluntad,
respondiendo a tu Llamada a la Conversión como tus fieles seguidores.

Danos Tú, Dios nuestro, una actitud de disponibilidad
para responder con gozo a las exigencias del Evangelio,
sabiendo que tu Amor nos guía y tu Mirada nos llena de tu Bondad.

Dios Padre Bueno, ten Misericordia de nosotros
y danos Tú, un corazón generoso y desprendido
que no se apegue a los bienes efímeros ni materiales,
sino sólo a Ti y a tu Bondad, para asi tener un corazón abierto a los demás.

Tú que eres Amor, Misericordia y el Tesoro de nuestra vida,
haz que en estos momentos de crisis económica que vivimos,
nunca pongamos nuestra confianza en el dinero ni que él nos domine.
Haz Tú que nuestros bienes sirvan para ayudar a los más desfavorecidos.
No permitas que las riquezas de nuestro mundo nos alejen de Ti
ni nos impidan crecer en intimidad y cercanía contigo, Dios Bueno.
Transfórmanos en fieles servidores de tu Evangelio y de tu Reino,
para predicar tu Buena Noticia a todos y por todas partes. 

 Amén.

HERMANO JUAN PABLO CORC-OBISPO JUAN DAVID FALCON


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