¡NO TENGAIS MIEDO!!! YO ESTOY Y ESTARE PARA SIEMPRE CON VOSOTROS! (cf Jn 14, 16-17).

miércoles, 28 de marzo de 2012

S.S.Benedicto XVI: visita apostólica a México_«continúen avanzando sin desfallecer en la construcción de una sociedad cimentada en el desarrollo del bien, el triunfo del amor y la difusión de la justicia»

I.- Mensaje a las autoridades en la ceremonia de Bienvenida en el aeropuerto internacional de Guanajato (viernes 23-3-12)




"Vengo como peregrino de la fe, de la esperanza y de la caridad. Deseo confirmar en la fe a los creyentes en Cristo, afianzarlos en ella y animarlos a revitalizarla con la escucha de la Palabra de Dios, los sacramentos y la coherencia de vida. Así podrán compartirla con los demás, como misioneros entre sus hermanos, y ser fermento en la sociedad, contribuyendo a una convivencia respetuosa y pacífica, basada en la inigualable dignidad de toda persona humana, creada por Dios, y que ningún poder tiene derecho a olvidar o despreciar. Esta dignidad se expresa de manera eminente en el derecho fundamental a la libertad religiosa, en su genuino sentido y en su plena integridad".









"Como peregrino de la esperanza, les digo con san Pablo: «No se entristezcan como los que no tienen esperanza» (1 Ts 4,13). La confianza en Dios ofrece la certeza de encontrarlo, de recibir su gracia, y en ello se basa la esperanza de quien cree. Y, sabiendo esto, se esfuerza en transformar también las estructuras y acontecimientos presentes poco gratos, que parecen inconmovibles e insuperables, ayudando a quien no encuentra en la vida sentido ni porvenir.
Sí, la esperanza cambia la existencia concreta de cada hombre y cada mujer de manera real. La esperanza apunta a «un cielo nuevo y una tierra nueva» (Ap 21,1), tratando de ir haciendo palpable ya ahora algunos de sus reflejos. Además, cuando arraiga en un pueblo, cuando se comparte, se difunde como la luz que despeja las tinieblas que ofuscan y atenazan. Este país, este Continente, está llamado a vivir la esperanza en Dios como una convicción profunda, convirtiéndola en una actitud del corazón y en un compromiso concreto de caminar juntos hacia un mundo mejor".










«continúen avanzando sin desfallecer en la construcción de una sociedad cimentada en el desarrollo del bien, el triunfo del amor y la difusión de la justicia»
"Junto a la fe y la esperanza, el creyente en Cristo, y la Iglesia en su conjunto, vive y practica la caridad como elemento esencial de su misión. En su acepción primera, la caridad «es ante todo y simplemente la respuesta a una necesidad inmediata en una determinada situación», como es socorrer a los que padecen hambre, carecen de cobijo, están enfermos o necesitados en algún aspecto de su existencia. Nadie queda excluido por su origen o creencias de esta misión de la Iglesia, que no entra en competencia con otras iniciativas privadas o públicas, es más, ella colabora gustosa con quienes persiguen estos mismos fines. Tampoco pretende otra cosa que hacer de manera desinteresada y respetuosa el bien al menesteroso, a quien tantas veces lo que más le falta es precisamente una muestra de amor auténtico.

Señor Presidente, amigos todos: en estos días pediré encarecidamente al Señor y a la Virgen de Guadalupe por este pueblo, para que haga honor a la fe recibida y a sus mejores tradiciones; y rezaré especialmente por quienes más lo precisan, particularmente por los que sufren a causa de antiguas y nuevas rivalidades, resentimientos y formas de violencia. Ya sé que estoy en un país orgulloso de su hospitalidad y deseoso de que nadie se sienta extraño en su tierra. Lo sé, lo sabía ya, pero ahora lo veo y lo siento muy dentro del corazón. Espero con toda mi alma que lo sientan también tantos mexicanos que viven fuera de su patria natal, pero que nunca la olvidan y desean verla crecer en la concordia y en un auténtico desarrollo integral. Muchas gracias".


II.- Mensaje a los niños en la Plaza de la Paz, Guanajuato (Sábado 24-3-12)






- Este lugar en el que nos hallamos tiene un nombre que expresa el anhelo presente en el corazón de todos los pueblos: «la paz», un don que proviene de lo alto. «La paz esté con ustedes» (Jn 20,21). Son las palabras del Señor resucitado. Las oímos en cada Misa, y hoy resuenan de nuevo aquí, con la esperanza de que cada uno se transforme en sembrador y mensajero de esa paz por la que Cristo entregó su vida”.



- “Eso mismo vivieron los beatos Cristóbal, Antonio y Juan, los niños mártires de Tlaxcala, que conociendo a Jesús, en tiempos de la primera evangelización de México, descubrieron que no había tesoro más grande que él. Eran niños como ustedes, y de ellos podemos aprender que no hay edad para amar y servir”.



III.- Mensaje a los fieles en la Misa en el Parque Expo Bicentenario de León (Domingo 25-3-12), a la que asistieron unos 600.000




“Queridos hermanos, al venir aquí he podido acercarme al monumento a Cristo Rey [escultura de bronce de 22 mts. de altura a 2.7000 mts. de altitud, que en 1952 substituyó a la anterior erigida en 1923 y bombardeada en 1926 durante la Guerra Cristera. Ahora, Benedicto XVI encendió la nuevs iluminación], en lo alto del Cubilete. Mi venerado predecesor, el beato Papa Juan Pablo II, aunque lo deseó ardientemente, no pudo visitar este lugar emblemático de la fe del pueblo mexicano en sus viajes a esta querida tierra”. […]. Pero las coronas que le acompañan, una de soberano y otra de espinas, indican que su realeza no es como muchos la entendieron y la entienden. Su reinado no consiste en el poder de sus ejércitos para someter a los demás por la fuerza o la violencia. Se funda en un poder más grande que gana los corazones: el amor de Dios que él ha traído al mundo con su sacrificio y la verdad de la que ha dado testimonio”.

“También hoy, desde este parque con el que se quiere dejar constancia del bicentenario del nacimiento de la nación mexicana, aunando en ella muchas diferencias, pero con un destino y un afán común, pidamos a Cristo un corazón puro, donde él pueda habitar como príncipe de la paz, gracias al poder de Dios, que es el poder del bien, el poder del amor”.

En el rezo de mediodía y el sermón de la misa central de su primera visita a México, el obispo de Roma llamó a la reconversión cristiana de los pecadores, pues ninguna estrategia humana por sí sola, frenará el mal, la violencia y el narcotráfico.

 "Esto nos puede recordar hoy a cada uno de nosotros y a nuestros pueblos que, cuando se trata de vida personal y comunitaria en su dimensión más profunda, no bastaran las estrategias humanas para salvarnos.
" Se ha de recurrir también al único que puede dar vida en plenitud, porque Él mismo es la esencia de la vida y su autor, y nos ha hecho partícipes de ella por su hijo Jesucristo", refirió.


 Luego de sobrevolar en helicóptero el cerro del Cubilete y bendecir la efigie de Cristo Rey, el jerarca religioso encomendó durante la misa que la fraternidad, regrese a México y América Latina por la intercesión de la Virgen y la decisión de Jesús.

 "En tiempos de prueba y dolor, ella ha sido invocada. Ella ha sido invocada por los mártires que a la voz de 'Viva Cristo Rey y María de Guadalupe', han dado testimonio inquebrantable de fidelidad al Evangelio y entrega a la Iglesia.
"Le suplico ahora que su presencia en esta nación, continúe llamando al respeto, defensa y promoción de la vida humana y al fomento de la fraternidad, evitando la inútil venganza y desterrando el odio que divide", señalo.


 En la homilía, el sucesor de Pedro habló de los grandes problemas que enfrenta México, como el narcotráfico, el crimen y la pobreza y considero que con fe y siguiendo los preceptos del Evangelio, se podrán superar estas adversidades.
"En estos momentos en que tantas familias se encuentran divididas y forzadas a la migración, cuando muchas padecen a causa de la pobreza, la corrupción, la violencia doméstica, el narcotráfico, la crisis de valores o la criminalidad, acudimos a María en busca de consuelo, fortaleza y esperanza (...) para superar así todo mal e instaurar una sociedad más justa y solidaria",



V.- Mensaje/Homilía a los obispos de México y de América en la celebración de las vísperas. Basílica-Catedral de Nuestra Señora de la Luz, León (25-3-12)





“Aquel ideal [de aquellos primeros misioneros] de no anteponer nada al Señor, y de hacer penetrante la Palabra de Dios en todos, sirviéndose de los propios signos y mejores tradiciones, sigue siendo una valiosa orientación para los Pastores de hoy”.[…]

“Las iniciativas que se realicen con motivo del Año de la fe deben estar encaminadas a conducir a los hombres hacia Cristo, cuya gracia les permitirá dejar las cadenas del pecado que los esclaviza y avanzar hacia la libertad auténtica y responsable. A esto está ayudando también la Misión continental promovida en Aparecida, que tantos frutos de renovación eclesial está ya cosechando en las Iglesias particulares de América Latina y el Caribe. Entre ellos, el estudio, la difusión y meditación de la Sagrada Escritura, que anuncia el amor de Dios y nuestra salvación”. .[…].






“Y una atención cada vez más especial se debe a los laicos más comprometidos en la catequesis, la animación litúrgica, la acción caritativa y el compromiso social. […].Estén del lado de quienes son marginados por la fuerza, el poder o una riqueza que ignora a quienes carecen de casi todo. La Iglesia no puede separar la alabanza de Dios del servicio a los hombres.






 Al final (lunes 26-3-12), tuvo lugar la Ceremonia de despedida en el Aeropuerto Internacional de Guanajuato



 Despedida de Benedicto XVI de México

Mi breve pero intensa visita a México llega ahora a su fin. Pero no es el fin de mi afecto y cercanía a un país que llevo muy dentro de mí. Me voy colmado de experiencias inolvidables, como inolvidables son tantas atenciones y muestras de afecto recibidas.

Y doy las gracias de todo corazón a cuantos han facilitado o colaborado para que, tanto en los aspectos destacados como en los más pequeños detalles, los actos de estas jornadas se hayan desarrollado felizmente. Pido al Señor que tantos esfuerzos no hayan sido vanos, y que con su ayuda produzcan frutos abundantes y duraderos en la vida de fe, esperanza y caridad de León y Guanajuato, de México y de los países hermanos de Latinoamérica y el Caribe.

Ante la fe en Jesucristo que he sentido vibrar en los corazones, y la devoción entrañable a su Madre, invocada aquí con títulos tan hermosos como el de Guadalupe y la Luz, que he visto reflejada en los rostros, deseo reiterar con energía y claridad un llamado al pueblo mexicano a ser fiel a sí mismo y a no dejarse amedrentar por las fuerzas del mal, a ser valiente y trabajar para que la savia de sus propias raíces cristianas haga florecer su presente y su futuro.


También he sido testigo de gestos de preocupación por diversos aspectos de la vida en este amado país, unos de más reciente relieve y otros que provienen de más atrás, y que tantos desgarros siguen causando. Los llevo igualmente conmigo, compartiendo tanto las alegrías como el dolor de mis hermanos mexicanos, para ponerlos en oración al pie de la cruz, en el corazón de Cristo, del que mana el agua y la sangre redentora.

En estas circunstancias, aliento ardientemente a los católicos mexicanos, y a todos los hombres y mujeres de buena voluntad, a no ceder a la mentalidad utilitarista, que termina siempre sacrificando a los más débiles e indefensos. Los invito a un esfuerzo solidario, que permita a la sociedad renovarse desde sus fundamentos para alcanzar una vida digna, justa y en paz para todos. Para los católicos, esta contribución al bien común es también una exigencia de esa dimensión esencial del evangelio que es la promoción humana, y una expresión altísima de la caridad. Por eso, la Iglesia exhorta a todos sus fieles a ser también buenos ciudadanos, conscientes de su responsabilidad de preocuparse por el bien de los demás, de todos, tanto en la esfera personal como en los diversos sectores de la sociedad.




Queridos amigos mexicanos, les digo ¡adiós!, en el sentido de la bella expresión tradicional hispánica: ¡Queden con Dios! Sí, adiós; hasta siempre en el amor de Cristo, en el que todos nos encontramos y nos encontraremos. Que el Señor les bendiga y María Santísima les proteja.





 

AMADISIMOS HERMANOS...LOS DEJO CON LAS IMAGENES Y MENSAJES DE ESTE VIAJE PAPAL PARA QUE CADA UNO DE NOSOTROS REFLEXIONEMOS Y RESCATEMOS EL MENSAJE QUE NUESTRO AMADO DIOS, QUIERE DARNOS A CADA UNO DE NOSOTROS Y A TODA LA IGLESIA CRISTIANA DE MEXICO Y LATINOAMERICA, POR MEDIO DE S.S. BENEDICTO XVI.

Y SIGAMOS EN ORACION PARA QUE ESTE MENSAJE VERDADERAMENTE TRAIGA PAZ, ALEGRIA Y AMOR A NUESTRAS VIDAS...Y QUE NOS AYUDE A VIVIR CON INTENSIDAD ESTA PROXIMA SEMANA SANTA...LOGRANDO ASI NUESTRA CONVERSION TOTAL Y DEFINITIVA, PARA ASI SER TESTIGOS DE VIDA DE NUESTRO CRISTO RESUCITADO Y PODAMOS A UNA SOLA VOZ DECIR...!! CRISTO VIVE!!!...Y VIVE EN CADA UNO DE NOSOTROS!! ASI SEA.


HERMANO JUAN PABLO CORC_OBISPO JUAN DAVID FALCON


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