¡NO TENGAIS MIEDO!!! YO ESTOY Y ESTARE PARA SIEMPRE CON VOSOTROS! (cf Jn 14, 16-17).

sábado, 28 de septiembre de 2013

Lecturas y Homilia del Domingo 26º del Tiempo Ordinario - 29 de Septiembre del 2013


Primera lectura
Lectura de la profecía de Amós (6,1a.4-7):

Así dice el Señor todopoderoso: «¡Ay de los que se fían de Sión y confían en el monte de Samaría! Os acostáis en lechos de marfil; arrellenados en divanes, coméis carneros del rebaño y terneras del establo; canturreáis al son del arpa, inventáis, como David, instrumentos musicales; bebéis vino en copas, os ungís con perfumes exquisitos y no os doléis del desastre de José. Pues encabezarán la cuerda de cautivos y se acabará la orgía de los disolutos.»

 Palabra de Dios          

Salmo
Sal 145,7.8-9a.9bc-10

R/.Alaba, alma mía, al Señor

 Él mantiene su fidelidad perpetuamente,
él hace justicia a los oprimidos,
él da pan a los hambrientos.
El Señor liberta a los cautivos. R/.

 El Señor abre los ojos al ciego,
el Señor endereza a los que ya se doblan,
el Señor ama a los justos,
el Señor guarda a los peregrinos. R/.

 Sustenta al huérfano y a la viuda
y trastorna el camino de los malvados.
El Señor reina eternamente,
tu Dios, Sión, de edad en edad. R/.  

Segunda lectura
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a Timoteo (6,11-16):

Hombre de Dios, practica la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia, la delicadeza. Combate el buen combate de la fe. Conquista la vida eterna a la que fuiste llamado, y de la que hiciste noble profesión ante muchos testigos. En presencia de Dios, que da la vida al universo, y de Cristo Jesús, que dio testimonio ante Poncio Pilato con tan noble profesión: te insisto en que guardes el mandamiento sin mancha ni reproche, hasta la manifestación de nuestro Señor Jesucristo, que en tiempo oportuno mostrará el bienaventurado y único Soberano, Rey de los reyes y Señor de los señores, el único poseedor de la inmortalidad, que habita en una luz inaccesible, a quien ningún hombre ha visto ni puede ver. A él honor e imperio eterno. Amén.

 Palabra de Dios          

Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Lucas (16,19-31):

 En aquel tiempo, dijo Jesús a los fariseos: «Había un hombre rico que se vestía de púrpura y de lino y banqueteaba espléndidamente cada día. Y un mendigo llamado Lázaro estaba echado en su portal, cubierto de llagas, y con ganas de saciarse de lo que tiraban de la mesa del rico. Y hasta los perros se le acercaban a lamerle las llagas. Sucedió que se murió el mendigo, y los ángeles lo llevaron al seno de Abrahán. Se murió también el rico, y lo enterraron. Y, estando en el infierno, en medio de los tormentos, levantando los ojos, vio de lejos a Abrahán, y a Lázaro en su seno, y gritó: "Padre Abrahán, ten piedad de mí y manda a Lázaro que moje en agua la punta del dedo y me refresque la lengua, porque me torturan estas llamas." Pero Abrahán le contestó: "Hijo, recuerda que recibiste tus bienes en vida, y Lázaro, a su vez, males: por eso encuentra aquí consuelo, mientras que tú padeces. Y además, entre nosotros y vosotros se abre un abismo inmenso, para que no puedan cruzar, aunque quieran, desde aquí hacia vosotros, ni puedan pasar de ahí hasta nosotros." El rico insistió: "Te ruego, entonces, padre, que mandes a Lázaro a casa de mi padre, porque tengo cinco hermanos, para que, con su testimonio, evites que vengan también ellos a este lugar de tormento." Abrahán le dice: "Tienen a Moisés y a los profetas; que los escuchen." El rico contestó: "No, padre Abrahán. Pero si un muerto va a verlos, se arrepentirán." Abrahán le dijo: "Si no escuchan a Moisés y a los profetas, no harán caso ni aunque resucite un muerto."»

 Palabra del Señor       

 Homilía

 Nuestra vida terrena está llena de divisiones de todo tipo. Los seres humanos han dividido el planeta que Dios nos ha dado. Han creado fronteras, levantado muros, colocado banderas... todo ello para ser y sentirnos diferentes. Esta división es la que crea conflictos entre nuestros adentros y en nuestra relación diaria con el mundo. Dios nos ha dado un solo mundo para una única humanidad; nosotros en nombre de la diversidad, de la justicia o de lo que sea, nos hemos encargado una y otra vez de marcar las diferencias…siendo que todos somos iguales ante los ojos de Dios!! Y lo sabemos!...

 Los primeros cristianos y los Santos Padres encararon este tema y nos dejaron vidas ejemplares y páginas magníficas sobre el derecho de los pobres y la justicia que emana del Evangelio.

 En la relaciones humanas hemos hecho lo mismo. Nos hemos inventado las castas y los escalafones sociales para dejar bien claro que no somos iguales; que "yo valgo más que tú..."

 ¿Qué nos dice Jesús sobre estas artificiales diferencias? ¿Qué nos propone para recomponer la unidad que a lo largo de los siglos hemos fragmentado?

 El Evangelio nos trae una parábola donde se destaca una de estas diferencias sociales. Nos habla de un pobre y de un rico, ambos en esta vida y en la otra.

 Los judíos pensaban que la prosperidad material era una señal más que evidente de la bendición de Dios, luego entonces los pobres estaban malditos. No tenían nada, ni siquiera —según ellos— la bendición de Dios.

 El mensaje de Jesús se predica especialmente a los pobres y en ellos tiene su profunda resonancia. No es que se descarte a los ricos del camino de la salvación ya que Jesús no les censura su riqueza sino la falta de compasión y solidaridad hacia los pobres. La falta de compasión y misericordia sea en un rico o en un pobre es muestra clara de rechazo hacia el amor de Dios. La compasión es uno de los caminos mas seguros para llegar a la salvación.

 Lázaro aparece como un hombre mísero en todos los aspectos de su vida: no tenía salud, ni comida, ni casa, ni amigos, ni abrigo alguno. Sólo tenía la esperanza de que algo sobrante saciara su indigencia. En nuestras sociedades hay muchas personas que viven esta misma realidad. La pobreza los carcome dia a dia. El drama de la pobreza no es solamente las necesidades de todo tipo sino que en el pobre incluso se llega al extremo de la indigencia, cuando se da cuenta de que por sí mismo no sabe salir de su pobreza. No hay mayor pobreza que no saber salir de ella.

 El Evangelio es una invitación a salir de la pobreza en todas las formas que aplastan al ser humano. No podemos centrarnos en este pensamiento "tú sufre en esta vida que en la otra serás feliz..." no es valido. Mas bien nos tenemos que centrarnos y movernos en este"...porque tuve hambre y me diste de comer..."

 Para los cristianos el tema de los pobres es central. Sentirse pobre es reconocer que Dios tiene en nuestra vida la totalidad de nuestra salvación. No confío en lo que he podido acumular, no me fío de lo que he podido aprender. Todo es para ponerlo al servicio de los más necesitados, pobres, menesterosos para llegar juntos a unas sociedades más justas y humanas. Los seres humanos de todas las épocas siempre hemos tenido un déficit de humanidad, de ahí que el Evangelio nunca pierda actualidad.

 Otro asunto no menos importante es la actitud que tenemos los cristianos para con los más pobres. Veamos algunos tipos de cristianos y cómo se sitúan ante este tema:

 -Cristianos de "la otra vida": los pobres lo pasarán bien en la otra vida; por eso da igual las desigualdades que tengamos en esta... El Evangelio es un mensaje personal que no tiene por qué repercutir en el exterior... Si yo me salvo para qué me voy a complicar la vida... este tipo de “cristianos” son alérgicos a los pobres.

 -Cristianos "de ruina y devastación": para estos la pobreza ya no se ha vuelto un enemigo a combatir sino una obsesión, en ocasiones enfermiza obsesión. Condenan todo y a todos. Viven sin paz interior. Están todo el día atacando desde su estrechez mental a los otros que no piensan igual. El Evangelio es una revolución inalcanzable que sólo les produce amargura y enfrentamiento. Son los “cristianos” alérgicos a los ricos.

 Por ultimo

-Cristianos según las Bienaventuranzas: al lado de la complicidad personal de vida está la esperanza y la alegría. No condenan sino que invitan a unos y a otros a la salvación. Su vida es como la de Jesús: acoge a unos y a otros sin discriminación sino con amor. Todos están llamados a la conversión y a participar en el Reino.

 Tu hermano, hermana a que grupo perteneces?...con cual te identificas?

 Queda claro amados hermanos y hermanas que Jesús no condena la riqueza en sí sino el uso que se hace de ella; condena el egoísmo que nos impide llegar a caminos de solidaridad, de union…de amor. Zaqueo el rico se salva en su encuentro con Jesús y devuelve a los pobres con creces lo que de ellos tomó.

 Quien está muy apegado a las riquezas (dinero, prestigio, seguridades de tipo intelectual, poder, el creerse que se tiene el monopolio del Evangelio...la sabiduria teologica) no puede entender y menos percibir el camino del Reino de Dios. Los pobres, los que son capaces de desprenderse de sus distintas riquezas y ponerlas al servicio de los demás, son los que están más disponibles a aceptar y vivir la fe…los que son y seran bienvenidos al Reino de Dios.

 Lo que a mi mas me impacta, me duele y entristece hermanos, es el final de esta parábola de Jesús sobre el rico condenado y el pobre salvado…el Señor de forma directa y clara reprocha a los que no hacen caso a sus enseñanzas, al referirse a El mismo en esta forma por demas curiosa y fuerte:  “ni aunque un muerto resucite harán caso”.

 Digo que se refiere a El…porque hoy sabemos que El murió y resucitó.  Y todavía hoy en dia hay gente que no cree en ese muerto resucitado que es nada menos que Dios hecho Hombre…y mas triste aun quien se dice “cristiano” y no a entendido, ni quiere entender la importancia y grandeza de la resurrección de nuestro Señor Jesucristo…

 El que tenga oidos…que oiga.

 Revdo. Juan Pablo CJDM Obispo Juan David Falcon.

 

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