¡NO TENGAIS MIEDO!!! YO ESTOY Y ESTARE PARA SIEMPRE CON VOSOTROS! (cf Jn 14, 16-17).

viernes, 26 de abril de 2013

Lecturas y Homilia del Domingo 5º de Pascua -Domingo 28 de Abril del 2013


Primera lectura
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (14,21b-27):

 En aquellos días, Pablo y Bernabé volvieron a Listra, a Iconio y a Antioquía, animando a los discípulos y exhortándolos a perseverar en la fe, diciéndoles que hay que pasar mucho para entrar en el reino de Dios. En cada Iglesia designaban presbíteros, oraban, ayunaban y los encomendaban al Señor, en quien habían creído. Atravesaron Pisidia y llegaron a Panfilia. Predicaron en Perge, bajaron a Atalía y allí se embarcaron para Antioquía, de donde los habían enviado, con la gracia de Dios, a la misión que acababan de cumplir. Al llegar, reunieron a la Iglesia, les contaron lo que Dios había hecho por medio de ellos y cómo había abierto a los gentiles la puerta de la fe.

Palabra de Dios               

 Salmo
Sal 144,8-9.10-11.12-13ab
R/. Bendeciré tu nombre por siempre jamás, Dios mío, mi rey.

 El Señor es clemente y misericordioso,
ento a la cólera y rico en piedad;
el Señor es bueno con todos,
es cariñoso con todas sus criaturas. R/.

 Que todas tus criaturas te den gracias, Señor,
 que te bendigan tus fieles;
que proclamen la gloria de tu reinado,
que hablen de tus hazañas. R/.

 

 Explicando tus hazañas a los hombres,
 la gloria y majestad de tu reinado.
 Tu reinado es un reinado perpetuo,
tu gobierno va de edad en edad. R/.

               
Segunda lectura
Lectura del libro del Apocalipsis (21,1-5a):

Yo, Juan, vi un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra han pasado, y el mar ya no existe. Y vi la ciudad santa, la nueva Jerusalén, que descendía del cielo, enviada por Dios, arreglada como una novia que se adorna para su esposo. Y escuché una voz potente que decía desde el trono: «Ésta es la morada de Dios con los hombres: acamparé entre ellos. Ellos serán su pueblo, y Dios estará con ellos y será su Dios. Enjugará las lágrimas de sus ojos. Ya no habrá muerte, ni luto, ni llanto, ni dolor. Porque el primer mundo ha pasado.»
Y el que estaba sentado en el trono dijo: «Todo lo hago nuevo.»
Palabra de Dios

               
Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Juan (13,31-33a.34-35):

 Cuando salió Judas del cenáculo, dijo Jesús: «Ahora es glorificado el Hijo del hombre, y Dios es glorificado en él. Si Dios es glorificado en él, también Dios lo glorificará en si mismo: pronto lo glorificará. Hijos míos, me queda poco de estar con vosotros. Os doy un mandamiento nuevo: que os améis unos a otros; como yo os he amado, amaos también entre vosotros. La señal por la que conocerán todos que sois discípulos míos será que os amáis unos a otros.»
Palabra de Señor

 Homilía

En la Última Cena, Jesús lega a sus discípulos el mandamiento del amor como su última voluntad, su testamento. Este amor es la clave para un mundo nuevo…

En nuestras parroquias y monasterios  a los niños se les enseña en la catequesis que los mandamientos son diez más uno. No son once. Son diez más uno.

El mandamiento que Jesús nos deja y pide que cumplamos no se refiere solamente al prójimo. Esta vez se hace referencia al amor interno que debemos de tener los seguidores de Jesús. Muchas veces nos cuesta menos amar "al prójimo" que no conocemos que al hermano o hermana cristiano que tenemos cerca y que estamos viendo casi cada día. Ya ustedes saben que la cercanía a la vida de las personas, nos hace ver sus miserias y errores que pueden empequeñecer sus grandes cualidades si los miramos con unos ojos sin amor.

Nos dice el Señor, "Si se aman los unos a los otros, todo el mundo conocerá que son mis discípulos." Fíjate que el Maestro no se refiere a una señal cualquier de identidad, ni tan siquiera el tener una señal de identidad. Lo que Él propone es mucho más; es la identidad en el amor y el amor en el corazón. Somos lo que somos en el corazón. Lo que hay en lo más profundo de nuestro corazón es lo que realmente somos.

Hay cristianos preocupados por todo: la ortodoxia, la litutrgia, la pureza de la fe, la exigencia a los demás... No se dan cuenta que todo lo que hay de bueno y todo lo que viene de Dios tiene que venir del amor y hacernos crecer en él.

No hay vida cristiana si no crecemos en el amor. Aunque acudamos a la Palabra de Dios, a la Misa, a las oraciones frecuentes, a la ayuda a los pobres... si lo hacemos sin amor de nada nos sirve. Todo lo que la Iglesia nos ofrece es para poder crecer y seguir creciendo en el amor.

En la vida podemos hacer cosas buenas; en la fe las cosas buenas las tenemos que hacer con amor y por amor, todo lo demás es sólo buena voluntad…y no vale.

El "amarse unos a otros" es un desafío para nuestra vida de creyentes. La verdad es que el mundo no ofrece muchas propuestas de amor sino todo lo contrario. El testimonio que Jesús nos deja es que, al menos nosotros los que creemos en Él, seamos esos oasis de amor en el gran desierto del mundo. El amor entre nosotros supone una correspondencia recíproca. No es sólo hacer cosas buenas sino ir a la fuente de donde mana la bondad.

Amar al prójimo como a sí mismo puede caer en un estéril mensaje, sobre todo a las personas que llevadas de sus traumas y problemas internos ni se aceptan ni se aman personalmente. En este caso el amor al otro será siempre escaso, breve, frágil.!! NO PUEDES DAR LO QUE NO TIENES!!...

Jesús lo sabe y da un paso más: "Así como yo les amo, así deben amarse los unos a los otros. Si se aman los unos a los otros, todo el mundo conocerá que son discípulos míos."

El amor de Jesús es el modelo a seguir. Un amor hasta el extremo, que da la vida por los demás, de esta manera se conseguirá el objetivo propuesto.

Amar es la clave para hacer presente a Jesús en el mundo.En tu vida!!...Sin Amor, llevas una vida sin Dios…

Hemos de tener amor, no sólo manifestarlo, sino tenerlo en la raíz del corazón y en la conducta, así siempre estaremos dispuestos a tener buenas obras. El amor fraterno es el distintivo de los discípulos de Cristo, un amor generoso que se olvida de sí mismo para entregarse a los demás. Cuando descubrimos que alguien ama como Jesús podemos estar seguros que es uno de sus discípulos. Pero hay que aprender a amar como Dios nos ama.

Si no sabes amar desde ese amor, date tiempo, configura tu corazón, organiza tus sentidos y espera... Al final sólo quedan la fe, la esperanza y el amor, pero lo más importante es el Amor...

 Bendición

Hermanos: En este momento de reflexión y aprendizaje, nos hemos sentido unidos como una comunidad de fe, esperanza y amor. Ahora retornamos a nuestras respectivas tareas y trabajos. Permanezcamos unidos y tomemos muy a pecho el mandamiento del amor de Jesús, nuestro  Señor. Esforcémonos por amarnos unos a otros como él nos amó. Ésta es la verdadera clave para construir un mundo nuevo.
Y que la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre nosotros y permanezca para siempre.

Amen!!
Hermano Juan Pablo CORC-Obispo Juan David Falcon.

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