¡NO TENGAIS MIEDO!!! YO ESTOY Y ESTARE PARA SIEMPRE CON VOSOTROS! (cf Jn 14, 16-17).

miércoles, 22 de diciembre de 2010

MENSAJE DE NAVIDAD DE NUESTRO PASTOR + REVDMO. MONSENOR, DOM. DAVID FALCON CEC, OBISPO DE NUESTRA DIOCESIS “CRISTO RESUCITADO” U.S.A.

  
                                !! FELIZ NAVIDAD !!
Amadisimos  Hermanos,,,Obispos, sacerdotes, Diaconos, religiosas y religiosos, fieles hermanos, miembros de Nuestra Santa Iglesia  Anglocatolica y hermanos en Cristo de todas las Iglesias, seguidores de esta  web:
Es tiempo de Navidad y nuestra mirada se dirige al Niño Dios, al pequeño Niño nacido en el pesebre, a quien celebraremos en la Misa de Nochebuena. Durante este día 24 la Liturgia nos va mostrando al Niño Dios, como la luz.
Frente al Niño, queremos pensar en tres actitudes, que debemos cultivar en el corazón para dejarnos renovar por el espíritu de la Navidad. Primero, un aprecio por el silencio; segundo, un gran aprecio por la verdad y tercero, renovar la confianza.
                                                           EL SILENCIO
 Las cosas grandes de Dios no suponen mucho hablar. Su Palabra definitiva tiene el rostro de Jesús. Juan de la Cruz, contemplando el misterio nos dice “Cuando nos entregó a Jesús, el Padre se quedo mudo, así que no busquemos nuevas revelaciones, porque la revelación definitiva es Él y nadie mas que  Él… Jesús”.
Si el Padre guarda silencio, como todo padre o toda madre cuando nace un hijo, aprendamos también nosotros a dejarnos fascinar por el misterio de la Navidad; y es imprescindible para ello, aprender a guardar silencio.
Nuestra época no es muy amiga del silencio, es mas bien amiga de las muchas palabras.Del ruido continuo y ensordecedor. Y cuando uno se acostumbra a recibir muchas palabras, pierde la palabra su sentido, perdemos la posibilidad de recibir los grandes mensajes. Repetimos tantas cosas, escuchamos tan distintos maestros, que se abunda en palabras y a pesar de todo, nos quedamos vacíos. Es importante saber guardar silencio para encontrarnos con nosotros mismos…con los demás, en nuestra casa, para hablar en el corazón del matrimonio y de la familia, de nuestros amigos, para bucear en las profundidades, para superar frivolidades o superficialidades… Es importante guardar silencio.
En la Liturgia, el silencio ocupa un lugar importante, para contemplar. De hecho con la Reforma del Concilio fueron introducidos muchos momentos de silencio, como el de la introducción al acto penitencial, o en la oración de la Asamblea. Se sugiere también el silencio después de la homilía, y la Plegaria Eucarística se acompaña con el silencio. Durante la elevación se debe guardar silencio la Jaculatoria: “Señor mío y Dios mío” no corresponde, que sea dicha en voz alta porque debe dominar el silencio, como domina el silencio las grandes cosas de Dios. También después de la comunión, estamos invitados al silencio.
El silencio permite que el corazón se vacíe, da espacio para el eco. Una habitación llena de muebles y de gentes, no posibilita el eco. El silencio permite ver y escuchar.
Navidad es una invitación al silencio. Puede parecer esto, como un mensaje anacrónico, porque mas bien queremos escuchar, qué opinan todos. Que todos brinden…¿Por qué tenemos que opinar de todo? Terminamos siendo frívolos y superficiales. Tenemos que callar para que hablen las cosas.Para escuchar la voz de Dios.

Qué bueno es arrimarnos al misterio en el silencio de la Virgen. ella es la mujer que calla. En el Evangelio solo tiene una palabra para dirigirse a Dios, que es el Magnificat, que es su Evangelio y una palabra para dirigirse a nosotros: “Hagan lo que Jesús les diga”. El Evangelio de Lucas nos dice que ella meditaba lo que vivía en su corazón. Pienso en tanta de nuestra gente, que es capaz de guardar silencio y madurar el dolor de una familia. Por ejemplo, las madres: a veces los hijos somos rebeldes, gritamos, nos quejamos, les queremos enseñar incluso… y ellas guardan silencio y nos esperan; esperan que crezcamos y después nos damos cuenta de que son muy sabias. Que tenian razon. Tenemos que recuperar el valor sapiencial del silencio.

                     UN GRAN APRECIO POR LA VERDAD
 La fiesta de la Navidad, es la fiesta de la Luz (como lo es la Pascua), es la luz uno de los grandes temas que aparece en la liturgia. “El hombre busca la verdad, como la libélula busca la luz”.
Navidad nos enfrenta en el silencio con la verdad que busca el hombre. Decía al comienzo que podríamos imaginarnos la fascinación del Padre, contemplando a su Hijo hecho Niño. El Padre empieza a mirarlo desde la Navidad hecho un Niño; y en el Niño que ha de crecer y consumar su disponibilidad al Padre en la Cruz, está es la verdad del hombre.
Cristo es el hombre con mayúscula, el hombre que fue capaz de no tener miedo a Dios ni a las consecuencias de lo que Dios le pedía. Nosotros vivimos en un tiempo, en el cual medimos las cosas por la utilidad que producen; callamos o hablamos si es útil, si nos hace quedar bien o mal, no de acuerdo al criterio de prudencia, sino que pensamos ¿Qué va pasar si hablo o si callo?... No vaya ha ser … La gran meta del hombre es  buscar y encontrar la verdad.
Hoy, podríamos decir que todo es propaganda, todo se mide por lo productivo ¿Quién puede discutir con el que está de moda, aunque diga la aberración mas grande? El hombre, si claudica en su búsqueda de la verdad, ha claudicado también en su dignidad. Tenemos que recuperar el amor por la verdad. El joven que estudia, cualquiera que sea la carrera o profesion, tiene que aprender que el estudio es un camino de realización personal, no por el titulo o por el dinero que gane, sino porque le permite acceder a la verdad, al conocimiento o a una parte del todo, pero siempre en el camino liberador de la búsqueda de la verdad.
En este camino de búsqueda, se juega nuestra dignidad. La medida de lo que buscamos, de lo que decimos, de lo que somos, no puede estar en lo que es políticamente correcto o en lo que económicamente es redituable, sino en lo que es humanamente dignificante, que es buscar la verdad.
En Cristo encontramos la verdad, y Él es aquel que nos da la medida, porque él es el Hombre que se entregó a la verdad de Dios, hasta dar la vida por ello. La mentira en cambio, usada al servicio del dinero, del poder político o de cualquier otro tipo de poder, siempre degrada y divide a los hombres.
 Cuando hablamos del comienzo de la historia, nos dice el Génesis: ¿Quién pone la división en el hombre? La imagen es la de la serpiente, la de la lengua bífida, imagen de lo que no busca la unidad, de lo que no busca la verdad sino que divide, que provoca  dudas, medias tintas, es decir, de la mentira.
Y la mentira ha sembrado muchas divisiones y guerras. La guerra se sostiene en la mentira, y hay muchos intentos de  seguir manteniendo las divisiones y conflictos entre las naciones. entre los hombres y entre las mismas Iglesias.
Nosotros, estamos iniciando y fortaleciendo esta Nuestra Santa Iglesia Anglocatolica, constituyendo y poniendo las bases de nuestras Diocesis aqui en los Estados Unidos., en Curazao, Mexico y el caribe; por lo mismo seguimos en preparación, y queremos en este proximo año seguir buscando la verdad de lo que somos como Iglesia y como cristianos, como familia, como persona y como pueblo de Dios. Que el Señor en esta Navidad nos traiga ese amor entrañable por la verdad y nos mantenga unidos, caminando bajo la guia de su  Santo Espiritu…que es Espiritu de Verdad.
 CONFIANZA
 El Señor se nos entrega como un Niño. Nadie confía más  que un niño que cree todo. Así es Dios con el hombre, nadie confía más en nosotros que nuestro mismo Dios.
La navidad es la reiteración anual, de ese mensaje de Dios… “Confío en Ustedes”. Dios sigue Confíando en esta humanidad, en esta comunidad cristiana, en esta Iglesia Anglocatolica, en Ustedes como Iglesia doméstica que vive en cada una de sus familias, en nuestras comunidades religiosas. Ese es Nuestro Dios Misericordioso, que nos da un voto de confianza, a pesar de nuestras fallas y debilidades… nuestro verdadero y mejor Amigo.

Por eso podemos y debemos de empezar de cero en este Nuevo año 2011, con mayor entusiasmo, Alegria y entrega. Unidos al espiritu de Vida, de Nuestro Cristo resucitado!!
¡Qué desafío de parte de Dios para cada uno de nosotros! ¡Cuanto valemos para El!
Si, Él vuelve a confiar, porque vuelve a nacer en cada uno de nosotros! No miremos para otro lado…Abandonemos nuestra vida en manos de El…como reciprosidad a su Confianza.
 Y sobre todo…Nuestros Jóvenes…Jovenes!! también sus padres están confiando en Ustedes y la sociedad entera, porque esperamos un mundo mejor. Nos es difícil a los mayores cambiar, dirigir el timón para otro lado.Los miramos a Uds. con confianza, y vemos que la Navidad es propia de los jóvenes porque el acto de confianza de Dios, tiene el rostro de un Niño…el Niño Dios.
¡Que cada familia renueve su confianza, que todos Unidos como Iglesia, confiemos en nuestros sacerdotes, en nuestros obispos, en Nuestra Iglesia Una y Santa…busquemos la verdad y guardemos silencio!...Para poder escuchar la voz de Nuestro Amado Dios…Asi sea.
Vivamos así la Navidad, con la misma Alegria y Gozo de cuando eramos niños. Felices, Confiados y Esperanzados en un futuro mejor para todos.
Que el Señor, Nuestro Padre Santo los bendiga hoy y siempre…
Y LA BENDICION DE DIOS PADRE, TODO PODEROSO…PADRE, HIJO, Y  ESPIRITU SANTO DECIENDA SOBRE TODOS USTEDES Y LOS ACOMPANE SIEMPRE...AMEN !!!
!!! FELIZ NAVIDAD !!!

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