¡NO TENGAIS MIEDO!!! YO ESTOY Y ESTARE PARA SIEMPRE CON VOSOTROS! (cf Jn 14, 16-17).

sábado, 20 de noviembre de 2010

Lecturas y Homilia del Domingo 21 de Noviembre del 2010

Primera lectura

Lectura del segundo libro de Samuel (5,1-3):

En aquellos días, todas las tribus de Israel fueron a Hebrón a ver a David y le dijeron: «Hueso tuyo y carne tuya somos; ya hace tiempo, cuando todavía Saúl era nuestro rey, eras tú quien dirigías las entradas y salidas de Israel. Además el Señor te ha prometido: "Tú serás el pastor de mi pueblo Israel, tú serás el jefe de Israel."»


Todos los ancianos de Israel fueron a Hebrón a ver al rey, y el rey David hizo con ellos un pacto en Hebrón, en presencia del Señor, y ellos ungieron a David como rey de Israel.
Palabra de Dios


Salmo
Sal 121,1-2.4-5
R/. Vamos alegres a la casa del Señor


Qué alegría cuando me dijeron:
«Vamos a la casa del Señor»!
Ya están pisando nuestros pies
tus umbrales, Jerusalén. R/.


Allá suben las tribus,
as tribus del Señor,
según la costumbre de Israel,
a celebrar el nombre del Señor;
en ella están los tribunales de justicia,
en el palacio de David. R/.


Segunda lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Colosenses (1,12-20):


Damos gracias a Dios Padre, que nos ha hecho capaces de compartir la herencia del pueblo santo en la luz. Él nos ha sacado del dominio de las tinieblas, y nos ha trasladado al reino de su Hijo querido, por cuya sangre hemos recibido la redención, el perdón de los pecados. Él es imagen de Dios invisible, primogénito de toda criatura; porque por medio de él fueron creadas todas las cosas: celestes y terrestres, visibles e invisibles, Tronos, Dominaciones, Principados, Potestades; todo fue creado por él y para él. Él es anterior a todo, y todo se mantiene en él. Él es también la cabeza del cuerpo: de la Iglesia. El es el principio, el primogénito de entre los muertos, y así es el primero en todo. Porque en él quiso Dios que residiera toda la plenitud. Y por él quiso reconciliar consigo todos los seres: los del cielo y los de la tierra, haciendo la paz por la sangre de su cruz.
Palabra de Dios


Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Lucas (23,35-43):


En aquel tiempo, las autoridades hacían muecas a Jesús, diciendo: «A otros ha salvado; que se salve a sí mismo, si él es el Mesías de Dios, el Elegido.»
Se burlaban de él también los soldados, ofreciéndole vinagre y diciendo: «Si eres tú el rey de los judíos, sálvate a ti mismo.»
Había encima un letrero en escritura griega, latina y hebrea: «Éste es el rey de los judíos.»
Uno de los malhechores crucificados lo insultaba, diciendo: «¿No eres tú el Mesías? Sálvate a ti mismo y a nosotros.»


Pero el otro lo increpaba: «¿Ni siquiera temes tú a Dios, estando en el mismo suplicio? Y lo nuestro es justo, porque recibimos el pago de lo que hicimos; en cambio, éste no ha faltado en nada.»
Y decía: «Jesús, acuérdate de mí cuando llegues a tu reino.»
Jesús le respondió: «Te lo aseguro: hoy estarás conmigo en el paraíso.»
Palabra del Señor


HOMILIA
Un rey y un reino diferentes


Este no es un reino como los demás ni nuestro rey se parece a ninguno de los que ha habido o habrá en la historia de la humanidad. Ya decía Jesús que estamos acostumbrados a que los poderosos nos exploten u opriman pero que entre nosotros no debía ser así. Lo malo es que las personas tendemos a imaginar lo desconocido a partir de su semejanza mayor o menor con las cosas que conocemos. Por eso, el mismo Jesús habló de reino y nosotros hemos terminado haciéndole a él rey. Y de tanto usar las palabras se nos ha colado de r la idea de que su reino es eso: un reino, y de que él es rey como lo son los reyes de este mundo.


¿Cómo son los reyes de este mundo? De muchas maneras…una de ellas es este ejemplo: En las sociedades animales de cualquier tipo siempre hay un líder y ese líder tiene muchas veces funciones de servicio a la comunidad: proteger a los más débiles, buscar alimento, etc. Pero lo que se da siempre en esas sociedades animales es que el líder se aprovechaba del grupo. Es decir, tiene a su disposición las mejores hembras, es el primero en comer y tiene derecho, pues, a los mejores bocados, etc.,Asi en nuestra sociedad, se da de igual forma el abuso…basta con explicar los mecanismos de organización social que hemos dado en llamar “política”. No hace falta decir nada más para entender que también en la sociedad humana los políticos muchas veces realizan un servicio a la sociedad pero que son más veces las que se aprovechan de ella, de nosotros, para su propio beneficio.


El pacto de Hebrón


Jesús no quería ser un rey de esa manera. Basta con leer el Evangelio detenidamente para entenderlo. Lo suyo es otra forma de comenzar. Posiblemente sea utópica en el sentido de imposible –por eso le costó la vida cuando lo intentó– pero es ciertamente otra forma de organizar la sociedad. Quizá la clave para comprender a Jesús y su idea de lo que era el reino nos la puede dar la primera lectura de este domingo. El segundo libro de Samuel nos cuenta que todas las tribus de Israel fueron a Hebrón y allí el rey David hizo con ellos un “pacto”. Es muy importante subrayar el “pacto”. Un pacto se hace entre iguales. A un pacto no se llega como resultado del poder de uno sobre los demás sino a través del diálogo, del acuerdo, del buen entendimiento. Y todos son responsables de guardar y llevar a la práctica el pacto.


Lo que Jesús nos ofreció de parte de su Padre fue la firma de un nuevo pacto con la humanidad. Para poder llegar a ese acuerdo, Dios tomó la iniciativa: se abajó, no hizo alarde de su categoría de Dios, se puso a nuestro nivel. En definitiva, se encarnó.


Pero no le entendieron. Porque no es fácil. Los judíos tenían, como tantos hoy en día, la idea de un líder, un Mesías, que fuese todopoderoso y les solucionase de un golpe todos los problemas. Los judíos, como nosotros tantas veces, no querían sino volver a ser niños y que papá o mamá les hiciese la vida fácil.


Ciudadanos libres del Reino de Dios


Los judíos eliminaron a Jesús porque en lugar de llevarles a la victoria, a la independencia, a un nuevo reino de esplendor, les invitaba a hacer otro camino diferente: el de su reino, el de la fraternidad, el de la acogida a los marginados, a los pobres, a los indefensos, a los enfermos. Porque el reino del que hablaba Jesús era otra cosa. Jesús era peligroso porque invitaba a la gente a pensar, a ser libre y responsable, a madurar como personas, a no dar por supuesto que lo que hacían los poderosos estaba bien sino a ponerse al nivel y discutir y dialogar y sentirse responsable de buscar el bien común. Lo de Jesús era otra cosa.


Así que Jesús es nuestro rey pero no al estilo al que estamos habituados. Es un rey que no se siente superior a nosotros, que se abaja. Es un rey que termina muriendo en la cruz. Es un rey que no cree en el poder de las armas sino en la fuerza de la reconciliación, del amor gratuito, de la misericordia. Es un rey que mantiene la esperanza y que, en medio de las dificultades, es capaz de crear esperanza en el corazón de los que están cerca de él, como vemos en el evangelio de hoy.


Hoy tenemos la oportunidad de volver a sellar el pacto con nuestro rey. De igual a igual, nos comprometemos a trabajar por el reino. Mejor dicho por “su” reino. Creemos que vale la pena y que podemos intentar vivir y relacionarnos de otra manera, no basadas en la ley del más fuerte sino en el amor. La jugada es arriesgada. A Jesús le costó la vida. Pero nosotros estamos llenos de esperanza porque sabemos que el Dios de la Vida está de nuestro lado.


Por lo mismo hermanos…digamos a una sola voz…


!!! VIVA CRISTO REY !!! SII….QUE VIVA !


El que tenga oidos..que oiga.


Revdmo. David Falcon


!! CRISTO VIVE !!










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