¡NO TENGAIS MIEDO!!! YO ESTOY Y ESTARE PARA SIEMPRE CON VOSOTROS! (cf Jn 14, 16-17).

sábado, 6 de noviembre de 2010

Lecturas y Homilia del Domingo 07 de Noviembre del 2010

Primera lectura

Lectura del segundo libro de los Macabeos (7,1-2.9-14):


En aquellos días, arrestaron a siete hermanos con su madre. El rey los hizo azotar con látigos y nervios para forzarlos a comer carne de cerdo, prohibida por la Ley.
Uno de ellos habló en nombre de los demás: «¿Qué pretendes sacar de nosotros? Estamos dispuestos a morir antes que quebrantar la ley de nuestros padres.»
El segundo, estando para morir, dijo: «Tú, malvado, nos arrancas la vida presente; pero, cuando hayamos muerto por su ley, el rey del universo nos resucitará para una vida eterna.»
Después se divertían con el tercero. Invitado a sacar la lengua, lo hizo en seguida, y alargó las manos con gran valor. Y habló dignamente: «De Dios las recibí, y por sus leyes las desprecio; espero recobrarlas del mismo Dios.»


El rey y su corte se asombraron del valor con que el joven despreciaba los tormentos. Cuando murió éste, torturaron de modo semejante al cuarto. Y, cuando estaba para morir, dijo: «Vale la pena morir a manos de los hombres, cuando se espera que Dios mismo nos resucitará. Tú, en cambio, no resucitarás para la vida.»
Palabra de Dios


Salmo
Sal 16,1.5-6.8.15


R/. Al despertar me saciaré de tu semblante, Señor


Señor, escucha mi apelación,
atiende a mis clamores,
presta oído a mi súplica,
que en mis labios no hay engaño. R/.


Mis pies estuvieron firmes en tus caminos,
y no vacilaron mis pasos.
Yo te invoco porque tú me respondes, Dios mío;
nclina el oído y escucha mis palabras. R/.


Guárdame como a las niñas de tus ojos,
a la sombra de tus alas escóndeme.
Yo con mi apelación vengo a tu presencia,
y al despertar me saciaré de tu semblante. R/.


Segunda lectura
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses (2,16–3,5):


Que Jesucristo, nuestro Señor, y Dios, nuestro Padre, que nos ha amado tanto y nos ha regalado un consuelo permanente y una gran esperanza, os consuele internamente y os dé fuerza para toda clase de palabras y de obras buenas. Por lo demás, hermanos, rezad por nosotros, para que la palabra de Dios siga el avance glorioso que comenzó entre vosotros, y para que nos libre de los hombres perversos y malvados, porque la fe no es de todos. El Señor, que es fiel, os dará fuerzas y os librará del Maligno. Por el Señor, estamos seguros de que ya cumplís y seguiréis cumpliendo todo lo que os hemos enseñado. Que el Señor dirija vuestro corazón, para que améis a Dios y tengáis constancia de Cristo.
Palabra de Dios


Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Lucas (20,27-38):


En aquel tiempo, se acercaron a Jesús unos saduceos, que niegan la resurrección, y le preguntaron: «Maestro, Moisés nos dejó escrito: Si a uno se le muere su hermano, dejando mujer, pero sin hijos, cásese con la viuda y dé descendencia a su hermano. Pues bien, había siete hermanos: el primero se casó y murió sin hijos. Y el segundo y el tercero se casaron con ella, y así los siete murieron sin dejar hijos. Por último murió la mujer. Cuando llegue la resurrección, ¿de cuál de ellos será la mujer? Porque los siete han estado casados con ella.»


Jesús les contestó: «En esta vida, hombres y mujeres se casan; pero los que sean juzgados dignos de la vida futura y de la resurrección de entre los muertos no se casarán. Pues ya no pueden morir, son como ángeles; son hijos de Dios, porque participan en la resurrección. Y que resucitan los muertos, el mismo Moisés lo indica en el episodio de la zarza, cuando llama al Señor "Dios de Abrahán, Dios de Isaac, Dios de Jacob." No es Dios de muertos, sino de vivos; porque para él todos están vivos.»


Palabra del Señor.


HOMILIA


Uno de los anuncios que salen en internet mientras que se navega de página en página me proponía que me pusiese en contacto con Allan. El tal Allan dice de sí mismo que es tarotista, vidente, espiritista, palero y santero. Asegura la solución a todos los problemas, el conocimiento del futuro y la posibilidad de disfrutar de una vida estable y feliz. Me pregunto qué hubiera dicho Allan si aquellos saduceos le hubiesen hecho la pregunta que en el evangelio de hoy le hacen a Jesús sobre los siete hermanos casados con la misma mujer.


La realidad es que a todos nos gustaría poder controlar el futuro. El futuro inmediato y el futuro más lejano sobre el que siempre se cierne, como una amenaza, la muerte. La realidad es que no tenemos ni idea. Nadie ha vuelto para contarnos lo que allí sucede, lo que hay más allá. Pero dentro de nosotros tenemos una fuerza, un sentimiento, que nos hace pensar que no se puede terminar todo aquí, que debe haber algo después de la muerte.


Si Dios es verdaderamente Dios, no puede dejar que nuestra vida caiga en el vacío. Si el Dios-Abbá, el Padre, de que nos habló Jesús es algo más que una imaginación no puede ser que la muerte, la desaparición definitiva, sea la única perspectiva que tenemos por delante.


Un futuro desconocido e incierto


La cuestión ha estado presente en todas las culturas y en todas las épocas. Se ha expresado sobre todo en la relación con los difuntos. De una o de otra manera, esa relación ha existido y expresa que hay una cierta fe, una cierta creencia en que los que han muerto, aunque no están con nosotros, están vivos. De otra manera. En otro lugar. Pero vivos. El problema es que nos gustaría saber, nos gustaría estar seguros, desearíamos controlar. Y no podemos. Ni a través de la ciencia ni de esas otras maneras, como lo esoterico..


Jesús nos propone otro camino. Es el de la confianza. Jesús tiene una profunda experiencia de Dios. Es su Abbá, su Padre, su Papá. Se siente Hijo porque Dios forma parte de su experiencia más profunda y cotidiana. Se siente enviado a anunciar la buena nueva: que Dios es padre de todos, que quiere la vida de todas sus criaturas, que es amor, que desea que ese amor llegue a todos, que no hace excepciones entre sus hijos, que acoge a todos y especialmente a los que más sufren, a los marginados, a los que les ha tocado la peor parte en este mundo. Para Jesús Dios no es un controlador ni un legislador, ni un juez exigente y dispuesto a condenar, sino un padre amable, capaz de perdonar, de reconciliar, dispuesto a salvar y sanar y curar a los heridos por la vida.


Confiar en el Dios de la Vida


Por eso, a pesar de lo difícil que es enfrentarse a la propia muerte, Jesús morirá poniendo su confianza en Dios. Por eso, Jesús es capaz de reafirmar su fe en el Dios de la Vida ante aquellos saduceos que le vinieron con una historia tan novelesca. Deja claro que Dios es Dios de vivos y no de muertos. Aunque no lo veamos, aunque no sepamos, debemos confiar en Dios y en él poner nuestra esperanza.

Quizá a nosotros no se nos va a poner en una prueba como la que tuvieron que pasar los siete hermanos macabeos. No se nos va a poner en el dilema de comer carne de cerdo o morir para defender nuestra fe. Pero la esperanza que nos anima en el Dios de la Vida y nuestra fe en el Reino se manifestará sin duda en nuestra forma de comportarnos aquí y ahora. El que vive en la esperanza de la resurrección va sembrando vida con sus palabras, sus gestos, sus actos, sus decisiones... Es capaz de compartir lo que tiene y lo que vive porque se sabe hermano y compañero de camino en esta peregrinación hacia la casa definitiva, la del Padre, que es nuestro destino, nuestra vida. Ahí es donde se juega nuestra fe y nuestra esperanza. Dios no nos dejan paralizados y volcados hacia un futuro incierto, que no sabemos cuando llegará sino que nos hace activos y comprometidos con la vida y la esperanza junto a todos nuestros hermanos y hermanas.


Como dice la segunda lectura, que Jesucristo, que nos ha regalado esta gran esperanza, nos dé fuerza para toda clase de palabras y obras buenas. Él nos dará la fuerza y la gracia necesarias para vivir ya aquí y ahora la esperanza de Vida sin necesidad de acudir a santeros ni a milagreros ni a otras esperanzas falsas sino dando la mano a nuestros hermanos y hermanas para hacer juntos este camino hacia el Reino.Creyendo ciegamente en la Resurreccion y abandonandonos en las manos amorosas del resucitado…nuevamente un mensaje de Vida…pero de Vida Eterna.Amen!!!


El que tenga oidos..que oiga.


Revdmo David Falcon


“La medida del amor …es amar sin medida.”


CRISTO VIVE!!!






No hay comentarios.:

Publicar un comentario