¿Quién no
sueña en un día futuro, en el que ya no tenga miedo de hacer las cosas
proyectadas por tanto tiempo, simplemente porque le faltaba valor y coraje para
emprenderlas? ¿Quién no espera tener más entusiasmo para realizar con alegría
las tareas de cada día, para arriesgarse a amar más profundamente a Dios y a
los hermanos, sin condiciones ni vacilaciones? ¿Quién no desea estar mucho más
inspirado y ser mucho más dinámico y creativo en la vida? Hoy es el día en que
esto puede comenzar a suceder, porque hoy es Pentecostés, el día del Espíritu,
el día en que el viento celestial huracanado renueva nuestro amor, el día en
que el fuego divino nos trae alegría y libertad, el día del Espíritu Santo.
¿Eres una
persona "espiritual"? ¿Qué es ser "espiritual"?
Ser
espiritual es tener un corazón donde quepa todo el mundo y es que el problema
de muchos corazones es que padecen de atrofia espiritual. Cuanto menos se
entregan al Señor más pequeños, ignorantes y egoístas se vuelven. Con el tiempo
llegan incluso a confundir las cosas llamando a lo bueno malo y a lo malo
bueno. Ese es el camino de quien no vive en la sintonía del Espíritu Santo. Por
lo mismo en muchos templos los ritos religiosos son celebrados sin
"alma" (sin vida) y por lo mismo nos vamos después de misa vacíos,
desganados, de malas. Muchos sacerdotes y ministros solo dicen palabras personales,
vacías, sin sentido que no producen ecos espirituales verdaderos, solo ecos
mudos de sus propias frustraciones. Las personas que se dicen creyentes y viven
así lo que les ocurre es que se mantienen en un permanente infantilismo que
infantiliza negativamente todo lo que con ellos se roza. No han madurado en su
fe y menos en su persona, por lo mismo no toman nada enserio, y llevan una vida sin Dios.
Estamos
llamados a crecer en el Espíritu. Estamos invitados a madurar humana y
espiritualmente y para ello necesitamos la presencia constante de Dios en
nuestra vida.
En este
Domingo de Pentecostes la Palabra nos recuerda que los discípulos estaban
reunidos (como muchas veces nos reunimos nosotros hoy), pero tenían las puertas
cerradas (no se refiere sólo a las puertas físicas, sino a las de nuestro
corazón), por miedo (tengo que descubrir los miedos que rondan mi vida y me
impiden crecer como persona y creyente). Bien sabe el Señor que para la
titánica misión de crecer y hacer presente a Dios en el mundo es necesario la
ayuda del propio Dios…del Espíritu de Dios. El ser humano no tiene fuerzas
suficientes para realizarla por sí mismo y a la vez mantenerse en la presencia
constante de Dios. Es por ello que necesitamos de su Santo Espíritu para que
nos ayude, nos fortalezca y nos aliente.
La gente
que vive llena de miedos e inseguridades serán siempre discípulos vacíos, estériles,
porque en ellos no se dan los frutos del Espíritu. Quien vive en cobardías sólo
cobardías transmitirán a otros. Quienes piensan que la fe es algo tan íntimo
que no necesita ser compartida se encontrarán encerrados en su egoísmo, solos y
sin la presencia del Espíritu Santo.
En este día
de Pentecostés tenemos que preguntarnos sobre el proceso de madurez de nuestra
fe. ¿Ha ido mi corazón en todos estos años acercándose a la madurez espiritual
a la que soy llamado? ¿Qué cerraduras son las más difíciles de abrir en mi vida
y por qué? ¿Qué miedos son los que todavía tengo que superar? ¿Acepto al
Espíritu Santo en mi vida?
Hermanos y
hermanas el Espíritu Santo es el aliento de Dios!!, es el Espíritu que irrumpe
y sopla y quiere invadir nuestro ser! entrar en nuestro corazón!. ¿De dónde
viene este Espíritu alentador? ¿A dónde va; y a dónde nos dirige? No nos
importe hermanos! Dejémonos llevar a ciegas, con fe y esperanza! Pues es el
Espíritu poderoso de Dios, tormenta divina de amor y valentía; Espíritu
creativo, renovador, “inspirador”, que quiere realizar con nosotros un nuevo
Pentecostés. NO TENGAN MIEDO…CRISTO ESTA CON NOSOTROS --- Deseo de todo corazon
que hoy, el Espíritu Santo de Dios traiga aire fresco a nuestros corazones,
renueve nuestra fe y haga crecer visiblemente nuestro amor. Que Jesús, el
Señor, envie su Espíritu sobre nosotros e inflame nuestros corazones con su luz
y con su vida.
Hno Juan
Pablo ICJDM Obispo Juan David Falcon.