¡NO TENGAIS MIEDO!!! YO ESTOY Y ESTARE PARA SIEMPRE CON VOSOTROS! (cf Jn 14, 16-17).

sábado, 2 de febrero de 2013

Lecturas y Homilia del Domingo 4º del Tiempo Ordinario - 03 de Febrero del 2013



Primera lectura
Lectura del libro de Jeremías (1,4-5.17-19):

En los días de Josías, recibí esta palabra del Señor: «Antes de formarte en el vientre, te escogí; antes de que salieras del seno materno, te consagré: te nombré profeta de los gentiles. Tú cíñete los lomos, ponte en pie y diles lo que yo te mando. No les tengas miedo, que si no, yo te meteré miedo de ellos. Mira; yo te convierto hoy en plaza fuerte, en columna de hierro, en muralla de bronce, frente a todo el país: frente a los reyes y príncipes de Judá, frente a los sacerdotes y la gente del campo. Lucharán contra ti, pero no te podrán, porque yo estoy contigo para librarte.»

Palabra de Dios

Salmo
Sal 70,1-2.3-4a.5-6ab.15ab.17

R/. Mi boca contará tu salvación, Señor

A ti, Señor, me acojo:
no quede yo derrotado para siempre;
tú que eres justo, líbrame y ponme a salvo,
inclina a mí tu oído, y sálvame. R/.

Sé tu mi roca de refugio,
el alcázar donde me salve,
porque mi peña y mi alcázar eres tú,
Dios mío, líbrame de la mano perversa.R/.

Mi boca contará tu auxilio,
y todo el día tu salvación.
Dios mío, me instruiste desde mi juventud,
y hasta hoy relato tus maravillas. R/.

Segunda lectura
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios (12,31–13,13):

Ambicionad los carismas mejores. Y aún os voy a mostrar un camino excepcional. Ya podría yo hablar las lenguas de los hombres y de los ángeles; si no tengo amor, no soy más que un metal que resuena o unos platillos que aturden. Ya podría tener el don de profecía y conocer todos los secretos y todo el saber, podría tener fe como para mover montañas; si no tengo amor, no soy nada. Podría repartir en limosnas todo lo que tengo y aun dejarme quemar vivo; si no tengo amor, de nada me sirve. El amor es paciente, afable; no tiene envidia; no presume ni se engríe; no es mal educado ni egoísta; no se irrita; no lleva cuentas del mal; no se alegra de la injusticia, sino que goza con la verdad. Disculpa sin limites, cree sin limites, espera sin limites, aguanta sin límites. El amor no pasa nunca. ¿El don de profecía?, se acabará. ¿El don de lenguas?, enmudecerá. ¿El saber?, se acabará. Porque limitado es nuestro saber y limitada es nuestra profecía; pero, cuando venga lo perfecto, lo limitado se acabará. Cuando yo era niño, hablaba como un niño, sentía como un niño, razonaba como un niño. Cuando me hice un hombre acabé con las cosas de niño. Ahora vemos confusamente en un espejo; entonces veremos cara a cara. Mi conocer es por ahora limitado; entonces podré conocer como Dios me conoce. En una palabra: quedan la fe, la esperanza, el amor: estas tres. La más grande es el amor.

Palabra de Dios

Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Lucas (4,21-30):

En aquel tiempo, comenzó Jesús a decir en la sinagoga: «Hoy se cumple esta Escritura que acabáis de oír.»
Y todos le expresaban su aprobación y se admiraban de las palabras de gracia que salían de sus labios. Y decían: «¿No es éste el hijo de José?»
Y Jesús les dijo: «Sin duda me recitaréis aquel refrán: "Médico, cúrate a ti mismo"; haz también aquí en tu tierra lo que hemos oído que has hecho en Cafarnaún.»

Y añadió: «Os aseguro que ningún profeta es bien mirado en su tierra. Os garantizo que en Israel había muchas viudas en tiempos de Elías, cuando estuvo cerrado el cielo tres años y seis meses, y hubo una gran hambre en todo el país; sin embargo, a ninguna de ellas fue enviado Elías, más que a una viuda de Sarepta, en el territorio de Sidón. Y muchos leprosos había en Israel en tiempos del profeta Eliseo; sin embargo, ninguno de ellos fue curado, más que Naamán, el sirio.»
Al oír esto, todos en la sinagoga se pusieron furiosos y, levantándose, lo empujaron fuera del pueblo hasta un barranco del monte en donde se alzaba su pueblo, con intención de despeñarlo. Pero Jesús se abrió paso entre ellos y se alejaba.

Palabra del Señor


Homilía


Muchas veces oímos a personas que expresan su decepción, como por ejemplo: “He dado tanto tiempo y esfuerzo a la comunidad parroquial y ahora ni siquiera me han elegido como miembro del consejo parroquial”, o “Mira todo lo que he hecho por mi familia y fíjate cómo mis hijos me decepcionan”. ¿Refleja esta queja acaso un amor a sí mismo frustrado, o muestra un verdadero espíritu de amor y de servicio a los demas? Jesús nos dice con palabras fuertes en este evangelio que el amor no se siente ofendido ni es resentido. Es confiado y aguanta todo. Pidámosle al Señor, que está aquí  con nosotros, que, con su gracia, nuestro amor sea genuino y profundo...

Profundisemos y reflexionemos este evangelio...

La Palabra de hoy comienza con admiración y termina con persecución...

Todos hablaban bien de Jesús porque habían oído de su predicación y de sus milagros. Ahora el Maestro se encontraba en su tierra, en su sinagoga, rodeado de vecinos y conocidos. Si en tierras lejanas hizo milagros y demostraba su origen sobrenatural ¡qué haría en su tierra y con su gente!

Estaban admirados de la belleza de sus palabras. Hay personas que tienen el don de la palabra. Cuando hablan  inspirados por el Espiritu de Dios son capaces de llegar al corazón del oyente y esa palabra se vuelve pregunta interna que demanda una respuesta. Jesús poseía una Palabra como nadie jamás ha podido pronunciar. Es la Palabra definitiva de Dios a todos los seres humanos, de ahí que sus palabras no pasaran inadvertidas y crearan un estado de encuentro espiritual con su interlocutor.

Sus vecinos y conocidos no se conforman con la palabra; sabían que la mayor parte de los milagros de Jesús eran curaciones, así que podían exigir que curase también a los enfermos que había entre ellos. No se habían dado cuenta que las curaciones tenían como primer objetivo sanar la incredulidad de los corazones. Pedían sanar el cuerpo pero no el corazón. Esperaban que después de las palabras siguieran obras milagrosas, pruebas más que reales de su divinidad. Su ciudad era tan digna como cualquier otra para que en ella hiciese milagros. Pero ellos a pesar de saber todo esto se preguntaban incredulos: "¿No es éste el hijo de José?".

Normalmente valoramos poco a nuestros familiares y conocidos y esto sucede porque les conocemos incluso en sus intimidades, en sus momentos bajos y en sus errores.

Si preguntamos a los demás qué buenas personas conocen, puede ocurrir que siempre nos hablen de individuos fuera de su ambiente familiar y de su círculo de conocidos. La familiaridad muchas veces engendra desprecio, envidia, recelo y tendemos a valorar en poco a las personas con quienes estamos acostumbrados a conversar, aun a sabiendas de su buen ejemplo y sus exitos.

Jesús no hizo milagros delante de sus ciudadanos a causa de los prejuicios que ellos tenían. El Evangelio nos cita los casos de los milagros de los profetas Elías y Eliseo, que se dieron porque en aquellos individuos los profetas encontraron fe, que los profetas no habían encontrado en sus conciudadanos. Después empieza la oposición y la persecución de Jesús. Tan cerca está para los cristianos la admiración de la persecución que no debemos dejarnos confundir por una o por otra; desgraciadamente ambas siempre han estado, estan y estarán a nuestro lado tal y como le pasó a Jesús mientras nosotros sigamos cerrando nuestro corazon y vivamos envenenados de egoismo y envidias...

Los oyentes se enfadan cuando oyen que Dios había mostrado su favor a los gentiles (a los que no eran de raza judía).

Ellos eran judíos, el pueblo elegido, la raza escogida. Por eso las palabras de Jesús les sonaron más que como un insulto. Hay veces que sólo nos gusta escuchar las palabras que nos halagan el oído,Nos gusta que nos digan lo que QUEREMOS escuchar...mas no lo que DEBEMOS escuchar...por eso nos cerramos e impedimos que lleguen esas buenas palabras a nuestro interior, a lo más profundo de nuestro corazón.

Jesús les provocó con sus palabras y por eso intentaron matarlo. La Palabra que engendra vida se convirtió para aquellas personas duras de corazón, en palabras que engendran intenciones de muerte...y asi sigue sucediendo en nuestros tiempos.

Todo profeta, religioso misionero sacerdote, predicador que nos preocupemos verdaderamente de dar a conocer las verdades del santo evangelio, sin importar la comodidad o no de la gente siempre desgraciadamente seremos vistos como objeto de críticas desde dentro y desde fuera; siempre incomodaremos ya que al denunciar la opresión, la injusticia, el egoísmo,y poner muchas veces a las personas en el espejo de su cruda realidad, nos enfrentamos y enfrentaremos irremediablemente incluso con los de nuestra propia familia y comunidad. Por eso tenemos que estar siempre preparados no sólo para el domingo de ramos sino también para el viernes santo de nuestras vidas apostólicas...

Este es un buen día para cuestionarnos sobre el Evangelio que tenemos que llevar a los cercanos: a nuestras familias, a nuestros amigos y compañeros de trabajo, a nuestros vecinos. Sería bueno preguntarnos cuántas personas de nuestro círculo más cercano han encontrado a Cristo gracias a nuestra palabra, a nuestro testimonio, a nuestra oración. Muchas veces los evangelizadores estamos tan inmersos en llevar el Mensaje a los demás que nos olvidamos de llevarlo a los que tenemos más cerca. Cuando Jesús lo hizo ya vemos el resultado...

Por todo esto debemos aceptar y entender que siempre sera mas dificil y poco gratificante llevar el Evangelio a los mas cercanos que entregarlo a los más lejanos...Pero eso no debe de desanimarnos...no! al contrario debemos de esforzarnos aun mas para ser verdaderos testimonios de vida y ejemplo de servicio y amor, confiando que nuestro Padre Dios sera el que nos inspire y nos guie y haga su obra en cada uno de los hermanos que se acerquen a nosotros o prediquemos...asi sea!

El que tenga oidos...que oiga.

Hermano Juan Pablo CORC-Obispo Juan David Falcon

No hay comentarios.:

Publicar un comentario