¡NO TENGAIS MIEDO!!! YO ESTOY Y ESTARE PARA SIEMPRE CON VOSOTROS! (cf Jn 14, 16-17).

sábado, 14 de enero de 2012

Lecturasy Homilia del Domingo 2º del Tiempo Ordinario - 15 de Enero del 2012

Primera lectura

Lectura del primer libro de Samuel (3,3b-10. 19):

En aquellos días, Samuel estaba acostado en el templo del Señor, donde estaba el arca de Dios. El Señor llamó a Samuel, y él respondió: «Aquí estoy.»
Fue corriendo a donde estaba Elí y le dijo: «Aquí estoy; vengo porque me has llamado.»
Respondió Elí: «No te he llamado; vuelve a acostarte.»
Samuel volvió a acostarse. Volvió a llamar el Señor a Samuel.
Él se levantó y fue a donde estaba Elí y le dijo: «Aquí estoy; vengo porque me has llamado.»


Respondió Elí: «No te he llamado, hijo mío; vuelve a acostarte.»
Aún no conocía Samuel al Señor, pues no le había sido revelada la palabra del Señor.
Por tercera vez llamó el Señor a Samuel, y él se fue a donde estaba Elí y le dijo: «Aquí estoy; vengo porque me has llamado.»


Elí comprendió que era el Señor quien llamaba al muchacho, y dijo a Samuel: «Anda, acuéstate; y si te llama alguien, responde: "Habla, Señor, que tu siervo te escucha."»
Samuel fue y se acostó en su sitio.
El Señor se presentó y le llamó como antes: «¡Samuel, Samuel!»


Él respondió: «Habla, que tu siervo te escucha.»
Samuel crecía, y el Señor estaba con él; ninguna de sus palabras dejó de cumplirse.
Palabra de Dios

Salmo
Sal 39,2.4ab.7.8-9.10

R/. Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad

Yo esperaba con ansia al Señor;
él se inclinó y escuchó mi grito;
me puso en la boca un cántico nuevo,
un himno a nuestro Dios. R/.


Tú no quieres sacrificios ni ofrendas,
y, en cambio, me abriste el oído;
no pides sacrificio expiatorio. R/.


Entonces yo digo: «Aquí estoy
–como está escrito en mi libro–
para hacer tu voluntad.»
Dios mío, lo quiero, y llevo tu ley en las entrañas. R/.

He proclamado tu salvación
ante la gran asamblea;
no he cerrado los labios;
Señor, tú lo sabes. R/.


Segunda lectura
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios (6,13c-15a.17-20):

El cuerpo no es para la fornicación, sino para el Señor; y el Señor, para el cuerpo. Dios, con su poder, resucitó al Señor y nos resucitará también a nosotros. ¿No sabéis que vuestros cuerpos son miembros de Cristo? El que se une al Señor es un espíritu con él. Huid de la fornicación. Cualquier pecado que cometa el hombre queda fuera de su cuerpo. Pero el que fornica peca en su propio cuerpo. ¿O es que no sabéis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo? Él habita en vosotros porque lo habéis recibido de Dios. No os poseéis en propiedad, porque os han comprado pagando un precio por vosotros. Por tanto, ¡glorificad a Dios con vuestro cuerpo!
Palabra de Dios


Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Juan (1,35-42):

En aquel tiempo, estaba Juan con dos de sus discípulos y, fijándose en Jesús que pasaba, dice: «Éste es el Cordero de Dios.»
Los dos discípulos oyeron sus palabras y siguieron a Jesús.
Jesús se volvió y, al ver que lo seguían, les pregunta: «¿Qué buscáis?»
Ellos le contestaron: «Rabí (que significa Maestro), ¿dónde vives?»
Él les dijo: «Venid y lo veréis.»


Entonces fueron, vieron dónde vivía y se quedaron con él aquel día; serían las cuatro de la tarde. Andrés, hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que oyeron a Juan y siguieron a Jesús; encuentra primero a su hermano Simón y le dice: «Hemos encontrado al Mesías (que significa Cristo).»
Y lo llevó a Jesús.
Jesús se le quedó mirando y le dijo: «Tú eres Simón, el hijo de Juan; tú te llamarás Cefas (que se traduce Pedro).»
Palabra del Señor


Homilía
Juan reconoce a Jesús como el que tenía que venir.

El Bautista había venido para poner al pueblo en contacto no consigo mismo sino con Cristo. Empezó a ocupar el segundo puesto.Una y otra vez tenemos que profundizar en la figura de Juan para ver la capacidad de desprendimiento interior ante el Señor. Muy buenas enseñanzas podemos sacar de este personaje en nuestro mundo en el que se fomenta la competición en lugar de la colaboración, el ganar y ocupar los primeros puestos cueste lo que cueste, por encima del servicio desinteresado…


En ocasiones, vemos cómo este afán de sobresalir se da incluso dentro de las actividades cristianas: el que lleva toda la vida trabajando en la parroquia y quiere que todo pase por sus manos… El que ha pasado toda la vida dando catequesis y mira a los nuevos catequistas como invasores… El sacerdote que envidia los logros pastorales alcanzados por sus compañeros… El religioso o religiosa que no termina de aceptar a algún o algunos/as hermanas de comunidad…


Son aspectos del tema que Juan Bautista supo hacer hasta la perfección: saber ponerse en el segundo lugar para que Dios ocupe el primer puesto en nuestra vida y en la de los demás. Muchos fracasos pastorales se dan por este afán de protagonismo que no conducen hacia Dios sino al corazón estrecho del falso pastor.


Hay que estar con los ojos y el corazón bien abiertos para saber que seguir al Señor no es algo fácil, nunca lo ha sido. Sólo son auténticos seguidores de Jesús aquello que le anteponen a sus propias batallas interiores, a sus propios intereses y egoísmos. Lo demás son buenas intenciones…o malas intenciones.

Algunas personas buscan en la fe cosas que la fe no puede ofrecer. Hay personas que se acercan buscando seguridad personal, cuando la fe nos da una seguridad interior arriesgada y siempre llena de tentaciones. Otros buscan hacer carrera: estar bien mirados, reconocidos y admirados… Los hay que quieren encontrar en la fe alguna clase de paz, pero no se atreven a combatir consigo mismos. La peores batallas que puede librar una persona son las guerras que tiene que combatir contra sí mismo.


Los discípulos de Juan llaman a Jesús "rabí", que quiere decir literalmente en hebreo "Mi grande". Es el título de respeto que daban los estudiantes y los buscadores del conocimiento a sus maestros y a los sabios. Nuestro mundo está lleno de grandes personas que quieren dignificar con su vida y su obra al ser humano, pero no olvidemos nunca que uno solo es nuestro auténtico Maestro...JESUSCRISTO!!


La persona que quiera ser discípulo de Jesús no se dará por satisfecha con una palabra de pasada, sino que querrá tener un encuentro personal con Él.


La vida cristiana auténtica es la única realidad en la existencia que comienza llegando ya a la meta: a Jesús. Es cristiano quien ha descubierto en el interior de su ser,la morada de Jesús y, ya desde ese momento, toda su vida será un profundizar en Él. Y el Señor es tan inagotable que necesitamos la eternidad para seguirnos zambullendo en Él.


Hay personas que oyen hablar sobre Jesús, hablar de Jesús y hablan con Jesús, pero quizá no han experimentado en la profundidad de su corazón la fuerza de ese encuentro, de ahí que sean corazones débiles y vacilantes… El único encuentro que puede transformar la vida de un ser humano es el encuentro verdadero con Jesús, de ahí que los discípulos de Juan se quedasen con Él nada más al encontrarlo.


El Evangelio nos hace referencia a la mirada de Jesús; una mirada que va al fondo de la vida, al corazón. Jesús no ve solamente lo que la persona es en el momento, sino también lo que puede llegar a ser. Ve en cada ser humano no sólo lo que hay en la actualidad, sino todo lo que puede llegar a ser si acepta encontrarse con Él y seguirle.

Estas listo para vivir esta experiencia...este encuentro? que esperas!! Dale un si definitivo al Maestro de Maestros...JESUS!!


El que tenga oidos...que oiga.


Hermano Juan Pablo CORC_Obispo Juan David Falcon


CRISTO VIVE!

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