¡NO TENGAIS MIEDO!!! YO ESTOY Y ESTARE PARA SIEMPRE CON VOSOTROS! (cf Jn 14, 16-17).

sábado, 22 de septiembre de 2012

Lecturas y Homilia del Domingo 25º del tiempo ordinario- 23 de Septiembre del 2012

Primera lectura
Lectura del libro de la Sabiduría (2,12.17-20):

Se dijeron los impíos: «Acechemos al justo, que nos resulta incómodo: se opone a nuestras acciones,nos echa en cara nuestros pecados, nos reprende nuestra educación errada; veamos si sus palabras son verdaderas, comprobando el desenlace de su vida. Si es el justo hijo de Dios, lo auxiliará y lo librará del poder de sus enemigos; lo someteremos a la prueba de la afrenta y la tortura, para comprobar su moderación y apreciar su paciencia; lo condenaremos a muerte ignominiosa, pues dice que hay quien se ocupa de él.»


Palabra de Dios

Salmo
Sal 53,3-4.5.6 y 8

R/.
El Señor sostiene mi vida

Oh Dios, sálvame por tu nombre,

sal por mí con tu poder.
Oh Dios, escucha mi súplica,
atiende a mis palabras. R/.

Porque unos insolentes se alzan contra mí,

y hombres violentos me persiguen a muerte,
sin tener presente a Dios. R/.

Pero Dios es mi auxilio,

el Señor sostiene mi vida.
Te ofreceré un sacrificio voluntario,
dando gracias a tu nombre, que es bueno. R/.

Segunda lectura
Lectura de la carta del apóstol Santiago (3,16–4,3):

Donde hay envidias y rivalidades, hay desorden y toda clase de males. La sabiduría que viene de arriba ante todo es pura y, además, es amante de la paz, comprensiva, dócil, llena de misericordia y buenas obras, constante, sincera. Los que procuran la paz están sembrando la paz, y su fruto es la justicia. ¿De dónde proceden las guerras y las contiendas entre vosotros? ¿No es de vuestras pasiones, que luchan en vuestros miembros? Codiciáis y no tenéis; matáis, ardéis en envidia y no alcanzáis nada; os combatís y os hacéis la guerra. No tenéis, porque no pedís. Pedís y no recibís, porque pedís mal, para dar satisfacción a vuestras pasiones.


Palabra de Dios

Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Marcos (9,30-37):

En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos se marcharon de la montaña y atravesaron Galilea; no quería que nadie se entera se, porque iba instruyendo a sus discípulos. Les decía: «El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres, y lo matarán; y, después de muerto, a los tres días resucitará.» Pero no entendían aquello, y les daba miedo preguntarle.

Llegaron a Cafarnaún, y, una vez en casa, les preguntó: «¿De qué discutíais por el camino?»
Ellos no contestaron, pues por el camino habían discutido quién era el más importante. Jesús se sentó, llamó a los Doce y les dijo: «Quien quiera ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos.»
Y, acercando a un niño, lo puso en medio de ellos, lo abrazó y les dijo: «El que acoge a un niño como éste en mi nombre me acoge a mí; y el que me acoge a mí no me acoge a mí, sino al que me ha enviado.»

Palabra del Señor


Homilía

El Evangelio de hoy nos propone para la reflexión dos temas muy importantes en la vida cristiana: la humildad y el servicio.
Jesús aparece dialogando con sus discípulos que no terminan de entender lo que les está diciendo sobre el Hijo del hombre. No entienden y tienen miedo de preguntar. Ellos pensaban en el reino del que Jesús les hablaba en términos puramente humanos. El Señor toma la iniciativa y les contesta sobre sus preocupaciones.
La primera respuesta que Cristo da se refiere a la humildad.

A lo largo de los siglos se ha ido quizá deformando la realidad de lo que significa ser humilde; así se llamaba humilde al acomplejado, al que no tiene carácter, al que no termina de aclararse interiormente, y se hacía referencia contraponiéndolo al que tenía su forma de ser y de pensar propias, al que se veia seguro, fuerte...y eso no a cambiado, sigue pasando en nuestros dias.
Santa Teresa de Jesús decía que la "humildad es la verdad", o sea, ser humilde es reconocernos ante Dios, ante nosotros mismos y ante los demás, tal cual somos, con nuestras tragedias y miserias, con nuestro verdadero potencial y cualidades. ¿Quién puede dudar que san Pedro y san Pablo, personalidades más que fuertes, eran personas humildes? Ciertamente lo eran porque se pusieron ante Dios tal y como eran y Dios les dio la respuesta a sus vidas, transformándolos desde dentro.

Aquellos discípulos estaban programando su futuro ambicionando grandes puestos en ese reino que Jesús traía, pero ahora el Maestro les plantea otro tipo de ambición. En lugar de la ambición de que nos lo hagan todo les expone la ambición de hacer cosas para los demás. Lo que deseaban los discípulos, en lugar de ser un medio para ganar preferencia en su reino, sólo servía para que este reino no llegara.
El mundo que nos ha tocado vivir no es un lugar donde se defienda la humildad; yo diría que todo lo contrario, de ahí uno de los choques permanentes con este tipo de sociedad donde los más débiles y los más humildes son marginados. Los cristianos tenemos que ser en el mundo de hoy los mejores defensores de los más débiles e indefensos, no creyéndonos salvadores de nadie sino intentando que todos conozcan de verdad al único Salvador.

Los creyentes en Jesús estamos llamados a ser humildes para servir. Cuando los cristianos hablamos de "opción preferencial por los pobres" no estamos haciendo literatura barata, sino estamos constatando la presencia del Señor en los más débiles y desposeídos.
La segunda llamada que Jesús nos hace es al servicio a los demás. Un servicio desinteresado a los otros, en especial a los más débiles y pobres de nuestro mundo. Tenemos que aprender a despegarnos de nuestros egoísmos, para comprender el misterio de Cristo. Los discípulos querían el prestigio, el reconocimiento humano y el hacer carrera, no el servicio a los demás.
Alguno podrá decir con cierta razón que "la gente no se merece nada..." "... total... para lo que te van a agradecer...no lo valoraran, son casos perdidos etc" Y puede que estas afirmaciones encierren algo de verdad, pero el verdadero cristiano sabe qué hace y por qué lo hace, y en este hacer descubre la voluntad y el amor de Dios en su vida.

El reino de Dios es un reino de servidores de los demás. ¡Cuántas veces en nuestras comunidades vemos hermanos y hermanas que van buscando reconocimiento humano a su tarea! y quedan frustrados al darse cuenta que despues de gastar la vida por todos no obtienen ningun reconocimiento a su labor...Hermanos no es el reconocimiento humano lo que debe de ser nuestro objetivo sino la hondura divina, el alimento espiritual, la satisfaccion de realizar la voluntad de Dios...la alegria de sabernos salvos, el sentir que al servir algun hermano, estamos cumpliendo como hijos y verdaderos discípulos de Jesús...El reino de los cielos sera nuestra recompensa.

La Iglesia no debe parecerse a las estructuras civiles, si lo hace se estara alejando del verdadero modelo de comunidad de Cristiana, al hacerlo pierde su carisma y escencia de ser comunidad convocada y convocante de Jesús.De ser una comun union de hermanos que se aman y preocupan unos por otros Ciertamente en la Iglesia tendrá que haber una autoridad y una organización, pero el comportamiento tendrá que ser muy diferente a la autoridad humana, social. En el mundo de la fe la autoridad es servicio.


Los Apóstoles terminaron entendiendo lo que antes no entendían, al punto que dieron su vida por Cristo y por el Evangelio.  Y nosotros ... ¿ya hemos comprendido estas palabras? 


Servir para ser el más grande, ese es uno de los mensajes más importantes que nos dejó Jesús. Su ejemplo fue más allá, Él no hizo solamente obras buenas sino que se entregó a sí mismo en el mayor acto de servicio a los demás, y en su entrega alcanzamos la salvación.
Humildad y servicio, dos aspectos del amor al que Dios nos invita. Entender vivencialmente estas dos propuestas significa que tenemos que tener otra mirada al mundo y a nosotros. El mundo no puede cambiar al cristiano. Sólo Cristo es quien te puede transformar. ¿Qué ganarás con ello? No muchas cosas materiales, ni prestigio, ni poder ni dinero, sólo al final, en el último aeropuerto de tu vida, estará ahi esperándote,aquel amigo que siempre confio en ti...Nuestro Amado y siempre misericordioso Dios... lo demás no tendrá realmente ya ninguna importancia...

“Si alguno quiere ser el primero que sea el último de todos y el servidor de todos”.

Oremos!!

Te damos Gracias, Dios Padre nuestro,
porque Tú nos enseñas cada día a través de tu Palabra
la importancia de la Sencillez y del Servicio.
Te damos Gracias, Dios Padre Bueno,
porque con el Ejemplo de Vida de tu Hijo Jesucristo
nos recuerdas que para ser buenos discípulos suyos
tenemos que estar dispuestos a servir y no a ser servidos.

Danos Tú, Dios nuestro, la humildad necesaria
para estar siempre disponibles a ayudar a los demás,
y especialmente, a cada hermano que más nos necesite.

Te pedimos, Dios nuestro Misericordioso,
que nos perdones esos momentos de nuestra vida
en los que deseamos sentirnos más importantes que otros.
Perdóna nuestros sentimientos
de superioridad y de querer ser mejores que los demás,
buscando sólo nuestro propio bien sin buscar el bien común.
Ten Misericordia de cada uno de nosotros
y ayúdanos Tú a ponernos siempre al servicio de los demás,
especialmente entre los débiles y los más necesitados,
estando siempre atentos de las personas que más sufren.
 Amén

HERMANO JUAN PABLO CORC-OBISPO JUAN DAVID FALCON

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