Primera lectura
El Señor bajó en la nube y habló a Moisés; tomó parte del espíritu que había en él y se lo pasó a los setenta ancianos. Cuando el espíritu de Moisés se posó sobre ellos, comenzaron a profetizar, pero esto no volvió a repetirse. Dos de ellos se habían quedado en el campamento, uno se llamaba Eldad y otro Medad. Aunque estaban entre los elegidos, no habían acudido a la tienda. Pero el espíritu vino también sobre ellos y se pusieron a profetizar en el campamento.
Un muchacho corrió a decir a Moisés: «Eldad y Medad están profetizando en el campamento.»
Josué, hijo de Nun, ayudante de Moisés desde joven, intervino diciendo: «¡Señor mío, Moisés, prohíbeselo!»
Moisés replicó: «¿Tienes celos por mí? ¡Ojalá que todo el pueblo profetizara y el Señor infundiera en todos su espíritu!»
Palabra de Dios
Salmo
Segunda lectura
Evangelio
HOMILIA
En mi juventud, siendo seminarista vi como dentro de la propia Iglesia se forjaron dos bandos bien claros: los llamados "tradicionalistas" y los "progresistas o teologia de la liberacion". Gracias a Dios nunca caí en ese juego de clubes internos dentro de la Iglesia. Siempre he pensado que quien de verdad busca a Dios, tarde o temprano se encuentra por los caminos de la vida con otros buscadores, que empezaron sus rutas por otras sendas totalmente distintas a las mías. El Señor siempre es punto de encuentro, nunca de separación de las personas buenas, vengan de donde vengan y sean de donde sean.Y asi he tenido la bendicion de conocer hermanos de gran testimonio cristiano...claro desgraciadamente pocos.
La escena de hoy presenta a un hombre que expulsaba demonios, pero no formaba parte del grupo de los discípulos de Jesús. No "era de los nuestros". Un ejemplo de sectarismo que se da desgraciadamente con bastante frecuencia en los grupos sociales y religiosos todavia en nuestros dias.
Víctima de mi juventud, yo era de aquellos que exigía a los demás la radicalidad que yo quería para mí, (saben ustedes que a los inmaduros en la fe les preocupa mucho la radicalidad que tienen que tener los demás...). Yo me exigía y exigía a los demás radicalidad en la entrega, en el servicio, en el compromiso... Todo esto me supuso una lucha constante, que en lugar de traerme paz interior me traía, si cabe, mayor desasosiego y desepcion. Uno de los mayores descubrimientos en mi vida fue el saber existencialmente que en lo único que debía de verdad ser radical era en el amor. Desde que vivo intentando ser radical en el amor, mis obras son más humanas, más justas y más cristianas.
Somos cristianos en la medida que no nos encerramos en nuestros grupos; cuando somos capaces de ver que Dios está en los corazones de los seres humanos sean quienes sean, vengan de donde vengan, cuando no nos importa de que grupo o comunidad religiosa es uno u otro. Por lo regular nos sentimos con el derecho de juzgar a los demas...Pero en realidad no somos competentes, ni nos toca a nosotros juzgar sin más, quién es del Señor y quien no.Esa no es nuestra mision...
Jesús no prohíbe a aquel hombre que siga haciendo el bien. El que es bueno, y en lo que es bueno, no debe ser impedido de hacer el bien que hace, aunque nos parezca hallar algún defecto y alguna irregularidad en la manera de hacerlo. No dificultemos la tarea de quien hace el bien, aunque no sea "de los nuestros". Una de las cualidades que me parece que tiene que tener un verdadero seguidor de Jesús es la libertad de corazón. Tener un corazón libre es saber que incluso los que no están con nosotros en nuestra Iglesia pueden hacer cosas de Dios. Los escribas y fariseos hablaban mal de Jesús. El que utiliza su nombre es de suponer que no hable mal de Él. Los que luchan contra el mal desde el amor, están con Dios, aunque no sean de nuestra Iglesia.
Puede que alguno se escandalice de lo que digo y yo me pregunto si detrás de tanta "radicalidad" no se esconden muchas veces inmadurez, necesidad de seguridad y de pertenencia, obsesiones, traumas, rupturas internas... Reconocer a Dios en el otro supone la separación interior de un corazón lleno de miserias humanas y vivir en la libertad del Espíritu. A esas personas de fácil escandalización yo les diría que ser cristianos no es ser y vivir como él cree. Hay muchos senderos para llegar a Dios pero un sólo camino: el amor.
Un segundo momento del Evangelio nos recuerda el cuidado que debemos de tener para no caer en el mal. Nos quejamos porque decimos que los demás son los que nos hacen sufrir, nos hacen pecar, etc. En la verdad que puede haber en esta afirmación, Jesús nos enfrenta con nosotros mismos. Usa la comparación de los miembros del cuerpo. El cuerpo es lo más íntimo que tenemos, es el lugar desde donde salen las acciones. No es el pecado que viene de fuera el que preocupa a Jesús, es el pecado que nace de dentro, de nuestro interior, de nosotros mismos. En otras palabras: seguir a Cristo sin pecado significa abandonar lo malo que sale de nosotros mismos.
Puede ser que abandonar el pecado para seguir a Cristo nos deje como mutilados, como que nos falta algo en nuestra vida, tanto es la esclavitud de quien nos somete; pero es mayor la libertad de quien nos libera. O matamos al pecado en nosotros o el pecado nos mata. Tenemos que mutilar lo que nos esclaviza.
¿Cuáles son nuestras esclavitudes?
Cada uno tiene las suyas. Ya otras veces les he comentado que el cielo sólo es uno, pero los infiernos son muchos, cada uno tiene los suyos. Para alguien el infierno puede estar en sus cobardías y complejos, en su inmadurez y en su sexualidad, en sus envidias y rencores... Cada uno tiene que mirarse a sí mismo y pedir la auténtica conversión que nace de un corazón bueno.
Lo más triste de un creyente es que se conforme en la situación de pecado y no anhele la superación de sus defectos espirituales para entregarse todo a Cristo.
Debemos recordar que Dios no es el privilegio de unos pocos. Todos los seres humanos, no sólo los cristianos, en forma que Dios sólo conoce, participan en el misterio pascual de Cristo. Cuando aparece el egoísmo de grupo, que reclaman para sí solos el poder de Jesús en herencia, Jesús y con Él nuestra propia Iglesia, rechaza tal planteamiento. El Espíritu Santo no queda prisionero en grupos o instituciones sino que es infinitamente libre para llegar al corazón de cada ser humano y anidar en él.
Manténte alerta; donde menos lo pienses y con quien menos creas puedes tener un encuentro con Jesús...claro debemos antes que nada ver el testimonio de vida que dan nuestros lideres religiosos, ministros, diaconos, sacerdotes, religiosas, religiosos, obispos etc, pues hay muchos que de verdad se comportan como si no fueran de los nuestros...como si no fueran y estubieran a favor de Cristo.Dios guie nuestro camino y nos ayude a limpiar nuestro corazon...Asi sea.
EL QUE TENGA OIDOS...QUE OIGA.
HERMANO JUAN PABLO CORC+OBISPO JUAN DAVID FALCON
Lectura del libro de los Números (11,25-29):
El Señor bajó en la nube y habló a Moisés; tomó parte del espíritu que había en él y se lo pasó a los setenta ancianos. Cuando el espíritu de Moisés se posó sobre ellos, comenzaron a profetizar, pero esto no volvió a repetirse. Dos de ellos se habían quedado en el campamento, uno se llamaba Eldad y otro Medad. Aunque estaban entre los elegidos, no habían acudido a la tienda. Pero el espíritu vino también sobre ellos y se pusieron a profetizar en el campamento.
Un muchacho corrió a decir a Moisés: «Eldad y Medad están profetizando en el campamento.»
Josué, hijo de Nun, ayudante de Moisés desde joven, intervino diciendo: «¡Señor mío, Moisés, prohíbeselo!»
Moisés replicó: «¿Tienes celos por mí? ¡Ojalá que todo el pueblo profetizara y el Señor infundiera en todos su espíritu!»
Palabra de Dios
Sal 18
R/. Los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón
La ley del Señor es perfecta
y es descanso del alma;
el precepto del Señor es fiel
e instruye al ignorante. R/.
La voluntad del Señor es pura
y eternamente estable;
los mandamientos del Señor son verdaderos
y enteramente justos. R/.
Aunque tu siervo vigila
para guardarlos con cuidado,
¿quién conoce sus faltas?
Absuélveme de lo que se me oculta. R/.
Preserva a tu siervo de la arrogancia,
para que no me domine:
así quedaré libre e inocente
del gran pecado. R/.
R/. Los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón
La ley del Señor es perfecta
y es descanso del alma;
el precepto del Señor es fiel
e instruye al ignorante. R/.
La voluntad del Señor es pura
y eternamente estable;
los mandamientos del Señor son verdaderos
y enteramente justos. R/.
Aunque tu siervo vigila
para guardarlos con cuidado,
¿quién conoce sus faltas?
Absuélveme de lo que se me oculta. R/.
Preserva a tu siervo de la arrogancia,
para que no me domine:
así quedaré libre e inocente
del gran pecado. R/.
Lectura de la carta de Santiago (5,1-6):
Vosotros los ricos, gemid y llorad ante las desgracias que se os avecinan. Vuestra riqueza está podrida y vuestros vestidos son pasto de la polilla. Vuestro oro y vuestra plata están oxidados y este óxido será un testimonio contra vosotros y corroerá vuestras carnes como fuego. ¿Para qué amontonar riquezas si estamos en los últimos días? Mirad, el jornal de los obreros que segaron vuestros campos y ha sido retenido por vosotros está clamando y los gritos de los segadores están llegando a oídos del Señor todopoderoso. En la tierra habéis vivido lujosamente y os habéis entregado al placer; con ello habéis engordado para el día de la matanza. Habéis condenado, habéis asesinado al inocente, y ya no os ofrece resistencia.
Palabra de Dios
Vosotros los ricos, gemid y llorad ante las desgracias que se os avecinan. Vuestra riqueza está podrida y vuestros vestidos son pasto de la polilla. Vuestro oro y vuestra plata están oxidados y este óxido será un testimonio contra vosotros y corroerá vuestras carnes como fuego. ¿Para qué amontonar riquezas si estamos en los últimos días? Mirad, el jornal de los obreros que segaron vuestros campos y ha sido retenido por vosotros está clamando y los gritos de los segadores están llegando a oídos del Señor todopoderoso. En la tierra habéis vivido lujosamente y os habéis entregado al placer; con ello habéis engordado para el día de la matanza. Habéis condenado, habéis asesinado al inocente, y ya no os ofrece resistencia.
Palabra de Dios
Lectura del santo evangelio según san Marcos (9,38-43.45.47-48):
En aquel tiempo, Juan dijo a Jesús: «Maestro, hemos visto a uno que expulsaba demonios en tu nombre y se lo hemos prohibido, porque no es de nuestro grupo.»
Jesús replicó: «No se lo prohibáis, porque nadie que haga un milagro en mi nombre puede luego hablar mal de mí. Pues el que no está contra nosotros está a favor nuestro. Os aseguro que el que os dé a beber un vaso de agua porque sois del Mesías no quedará sin recompensa. Al que sea ocasión de pecado para uno de estos pequeños que creen en mí, más le valdría que le colgaran del cuello una piedra de molino y lo echaran al mar. Y si tu mano es ocasión de pecado para ti, córtatela. Más te vale entrar manco en la vida, que ir con las dos manos al fuego eterno que no se extingue. Y si tu pie es ocasión de pecado para ti, córtatelo. Más te vale entrar cojo en la vida, que ser arrojado con los dos pies al fuego eterno. Y si tu ojo es ocasión de pecado para ti, sácatelo. Más te vale entrar tuerto en el reino de Dios que ser arrojado con los dos ojos al fuego eterno, donde el gusano que roe no muere y el fuego no se extingue.»
Palabra del Señor
En aquel tiempo, Juan dijo a Jesús: «Maestro, hemos visto a uno que expulsaba demonios en tu nombre y se lo hemos prohibido, porque no es de nuestro grupo.»
Jesús replicó: «No se lo prohibáis, porque nadie que haga un milagro en mi nombre puede luego hablar mal de mí. Pues el que no está contra nosotros está a favor nuestro. Os aseguro que el que os dé a beber un vaso de agua porque sois del Mesías no quedará sin recompensa. Al que sea ocasión de pecado para uno de estos pequeños que creen en mí, más le valdría que le colgaran del cuello una piedra de molino y lo echaran al mar. Y si tu mano es ocasión de pecado para ti, córtatela. Más te vale entrar manco en la vida, que ir con las dos manos al fuego eterno que no se extingue. Y si tu pie es ocasión de pecado para ti, córtatelo. Más te vale entrar cojo en la vida, que ser arrojado con los dos pies al fuego eterno. Y si tu ojo es ocasión de pecado para ti, sácatelo. Más te vale entrar tuerto en el reino de Dios que ser arrojado con los dos ojos al fuego eterno, donde el gusano que roe no muere y el fuego no se extingue.»
Palabra del Señor
HOMILIA
En mi juventud, siendo seminarista vi como dentro de la propia Iglesia se forjaron dos bandos bien claros: los llamados "tradicionalistas" y los "progresistas o teologia de la liberacion". Gracias a Dios nunca caí en ese juego de clubes internos dentro de la Iglesia. Siempre he pensado que quien de verdad busca a Dios, tarde o temprano se encuentra por los caminos de la vida con otros buscadores, que empezaron sus rutas por otras sendas totalmente distintas a las mías. El Señor siempre es punto de encuentro, nunca de separación de las personas buenas, vengan de donde vengan y sean de donde sean.Y asi he tenido la bendicion de conocer hermanos de gran testimonio cristiano...claro desgraciadamente pocos.
La escena de hoy presenta a un hombre que expulsaba demonios, pero no formaba parte del grupo de los discípulos de Jesús. No "era de los nuestros". Un ejemplo de sectarismo que se da desgraciadamente con bastante frecuencia en los grupos sociales y religiosos todavia en nuestros dias.
Víctima de mi juventud, yo era de aquellos que exigía a los demás la radicalidad que yo quería para mí, (saben ustedes que a los inmaduros en la fe les preocupa mucho la radicalidad que tienen que tener los demás...). Yo me exigía y exigía a los demás radicalidad en la entrega, en el servicio, en el compromiso... Todo esto me supuso una lucha constante, que en lugar de traerme paz interior me traía, si cabe, mayor desasosiego y desepcion. Uno de los mayores descubrimientos en mi vida fue el saber existencialmente que en lo único que debía de verdad ser radical era en el amor. Desde que vivo intentando ser radical en el amor, mis obras son más humanas, más justas y más cristianas.
Somos cristianos en la medida que no nos encerramos en nuestros grupos; cuando somos capaces de ver que Dios está en los corazones de los seres humanos sean quienes sean, vengan de donde vengan, cuando no nos importa de que grupo o comunidad religiosa es uno u otro. Por lo regular nos sentimos con el derecho de juzgar a los demas...Pero en realidad no somos competentes, ni nos toca a nosotros juzgar sin más, quién es del Señor y quien no.Esa no es nuestra mision...
Jesús no prohíbe a aquel hombre que siga haciendo el bien. El que es bueno, y en lo que es bueno, no debe ser impedido de hacer el bien que hace, aunque nos parezca hallar algún defecto y alguna irregularidad en la manera de hacerlo. No dificultemos la tarea de quien hace el bien, aunque no sea "de los nuestros". Una de las cualidades que me parece que tiene que tener un verdadero seguidor de Jesús es la libertad de corazón. Tener un corazón libre es saber que incluso los que no están con nosotros en nuestra Iglesia pueden hacer cosas de Dios. Los escribas y fariseos hablaban mal de Jesús. El que utiliza su nombre es de suponer que no hable mal de Él. Los que luchan contra el mal desde el amor, están con Dios, aunque no sean de nuestra Iglesia.
Puede que alguno se escandalice de lo que digo y yo me pregunto si detrás de tanta "radicalidad" no se esconden muchas veces inmadurez, necesidad de seguridad y de pertenencia, obsesiones, traumas, rupturas internas... Reconocer a Dios en el otro supone la separación interior de un corazón lleno de miserias humanas y vivir en la libertad del Espíritu. A esas personas de fácil escandalización yo les diría que ser cristianos no es ser y vivir como él cree. Hay muchos senderos para llegar a Dios pero un sólo camino: el amor.
Un segundo momento del Evangelio nos recuerda el cuidado que debemos de tener para no caer en el mal. Nos quejamos porque decimos que los demás son los que nos hacen sufrir, nos hacen pecar, etc. En la verdad que puede haber en esta afirmación, Jesús nos enfrenta con nosotros mismos. Usa la comparación de los miembros del cuerpo. El cuerpo es lo más íntimo que tenemos, es el lugar desde donde salen las acciones. No es el pecado que viene de fuera el que preocupa a Jesús, es el pecado que nace de dentro, de nuestro interior, de nosotros mismos. En otras palabras: seguir a Cristo sin pecado significa abandonar lo malo que sale de nosotros mismos.
Puede ser que abandonar el pecado para seguir a Cristo nos deje como mutilados, como que nos falta algo en nuestra vida, tanto es la esclavitud de quien nos somete; pero es mayor la libertad de quien nos libera. O matamos al pecado en nosotros o el pecado nos mata. Tenemos que mutilar lo que nos esclaviza.
¿Cuáles son nuestras esclavitudes?
Cada uno tiene las suyas. Ya otras veces les he comentado que el cielo sólo es uno, pero los infiernos son muchos, cada uno tiene los suyos. Para alguien el infierno puede estar en sus cobardías y complejos, en su inmadurez y en su sexualidad, en sus envidias y rencores... Cada uno tiene que mirarse a sí mismo y pedir la auténtica conversión que nace de un corazón bueno.
Lo más triste de un creyente es que se conforme en la situación de pecado y no anhele la superación de sus defectos espirituales para entregarse todo a Cristo.
Debemos recordar que Dios no es el privilegio de unos pocos. Todos los seres humanos, no sólo los cristianos, en forma que Dios sólo conoce, participan en el misterio pascual de Cristo. Cuando aparece el egoísmo de grupo, que reclaman para sí solos el poder de Jesús en herencia, Jesús y con Él nuestra propia Iglesia, rechaza tal planteamiento. El Espíritu Santo no queda prisionero en grupos o instituciones sino que es infinitamente libre para llegar al corazón de cada ser humano y anidar en él.
Manténte alerta; donde menos lo pienses y con quien menos creas puedes tener un encuentro con Jesús...claro debemos antes que nada ver el testimonio de vida que dan nuestros lideres religiosos, ministros, diaconos, sacerdotes, religiosas, religiosos, obispos etc, pues hay muchos que de verdad se comportan como si no fueran de los nuestros...como si no fueran y estubieran a favor de Cristo.Dios guie nuestro camino y nos ayude a limpiar nuestro corazon...Asi sea.
EL QUE TENGA OIDOS...QUE OIGA.
HERMANO JUAN PABLO CORC+OBISPO JUAN DAVID FALCON