Homilía
Tanto en el
mundo antiguo como en el nuestro, la importancia de la comida es grande y
fundamental en nuestras vidas. En la antigüedad comer significaba recibir
fuerzas (vida) que ella proporciona; no era solamente un acto gustativo sino
una acción fuertemente cargada de valor simbólico, de aquí que una y otra vez,
aquí y allá, toda la Escritura esté llena de este tema…pero el sentido y
mensaje en la biblia es que la comida debe de ser símbolo de unión, comunión y
generosidad.
El
Evangelio de hoy nos cuenta un milagro donde Jesús actúa como hacedor de
comida, no como cocinero sino como creador y los discípulos se encargan de
repartirlo a los demás comensales. Algo parecido es y debe ser la Iglesia…la que
reparte lo que el Señor le da constantemente con Amor y generosidad.
Cristiano
es aquella persona que es capaz de recibir de Dios con generosidad, con
alegría, con entusiasmo, para luego dar y repartir a otros. El Reino de Dios
necesita personas por medio de las cuales pueda obrar y hablar. Jesús sabe bien
esto y nos deja para que sigamos perpetuando ese milagro en la Eucaristía.
Ir a la
Eucaristía(Misa) necesita de cada uno de nosotros algunas actitudes interiores
y espirituales:
Tenemos que ir a la Eucaristía:
_Con ganas de ser alimentados por Dios,
alimentados espiritualmente para seguir el camino constante de la vida y de la
fe.
_Con sincero deseo de compartir con los demás.
En la Eucaristía no comemos en platos aparte, individualmente; todos
participamos del banquete de la palabra, del pan y del vino.
_Dejarse alimentar por la experiencia de Cristo
resucitado. La cena eucarística es una invitación permanente a reponer las
fuerzas espirituales debilitadas por el cansancio de la vida.
¿Cuáles son
las motivaciones que me llevan a la Eucaristía y las actitudes que yo llevo?
¿Por qué
hay personas que dicen que la misa no me dice nada…y salen vacías, peor que
cuando entraron?
Hay
personas que ven los milagros como algo del pasado, algo que sucedió y que ya
no sucede más… Esta es una forma burda e ignorante de entender los milagros.
Las acciones que Jesús hizo no son acontecimientos aislados en la Historia,
sino demostraciones del poder de Cristo que está siempre y para siempre activo.
Los milagros se siguen realizando también en nuestro tiempo. Depende de
nosotros creer en ello…
¿Qué pienso
de los milagros?
¿Son los milagros acciones exclusivamente del
pasado?
¿Sigue Dios haciendo milagros?
Acercarnos
a Jesús, muchas veces hundidos por el cansancio de la vida, supone encontrar
reposo y alimento para nuestra vida espiritual.
Otro
aspecto que descubrimos en la palabra de esta semana es la compasión que Jesús
siente por la multitud, y que no sólo se conformó con compadecerse sino que
vino en su ayuda curando a los enfermos y dándoles de comer.
¿Cuál es la
diferencia entre ayudar a alguien necesitado porque me da pena… a ayudarle por
compasión y justicia… ¿Qué decir de las personas que son víctimas del hambre en
el mundo mientras nosotros derrochamos…? ¿Es justo?
Los
discípulos le dicen que despida a la multitud. Jesús se niega. El Señor siempre
mostró hacia las multitudes mayor ternura que sus discípulos. Cuando el
Evangelio dice que Jesús se compadeció de la multitud, usa un verbo griego que
literalmente significa: “se enterneció hasta las entrañas”. Esta palabra griega
aparece en otros momentos también significativos: cuando el padre rogaba a
Jesús para que librara a su hijo del demonio; en el padre de la parábola del
hijo pródigo…
¿Tengo yo
misericordia con los que me rodean, con mi familia, amigos, compañeros de
trabajo, vecinos, comunidad…? Si Dios es misericordioso y se compadece de
nosotros ¿por qué hay mal en el mundo?¿tengo yo entrañas de misericordia
conmigo mismo y con los demás?
Se nos
habla de cinco mil personas que quedaron saciadas en ese encuentro con el
Señor. ¿Cuántos de aquellos le siguieron después como discípulos? Esta es una
de las dimensiones de la existencia del ser humano. Muchas veces nos acercamos
a Dios para saciarnos, pero no para seguirle…y tristemente ayer, hoy y siempre
así sucede…
El
Evangelio no se extiende por la cantidad de oyentes, sino por el número de
personas sinceramente convertidas a Él. Sin embargo, Cristo da a comer a todos,
a pesar de que sabe que habían de ser muy pocos los que le seguirían.
Los que son
alimentados por Cristo siempre quedan satisfechos…tu tienes hoy hambre de El?
CRISTO
VIVE!!
Hno Juan
Pablo ICJDM Obispo Juan David Falcon.