¡NO TENGAIS MIEDO!!! YO ESTOY Y ESTARE PARA SIEMPRE CON VOSOTROS! (cf Jn 14, 16-17).

domingo, 3 de agosto de 2014

Domingo, 3 de agosto de 2014


Homilía

Tanto en el mundo antiguo como en el nuestro, la importancia de la comida es grande y fundamental en nuestras vidas. En la antigüedad comer significaba recibir fuerzas (vida) que ella proporciona; no era solamente un acto gustativo sino una acción fuertemente cargada de valor simbólico, de aquí que una y otra vez, aquí y allá, toda la Escritura esté llena de este tema…pero el sentido y mensaje en la biblia es que la comida debe de ser símbolo de unión, comunión y generosidad.

 El Evangelio de hoy nos cuenta un milagro donde Jesús actúa como hacedor de comida, no como cocinero sino como creador y los discípulos se encargan de repartirlo a los demás comensales. Algo parecido es y debe ser la Iglesia…la que reparte lo que el Señor le da constantemente con Amor y generosidad.

Cristiano es aquella persona que es capaz de recibir de Dios con generosidad, con alegría, con entusiasmo, para luego dar y repartir a otros. El Reino de Dios necesita personas por medio de las cuales pueda obrar y hablar. Jesús sabe bien esto y nos deja para que sigamos perpetuando ese milagro en la Eucaristía.
 
Ir a la Eucaristía(Misa) necesita de cada uno de nosotros algunas actitudes interiores y espirituales:

 Tenemos que ir a la Eucaristía:

 _Con ganas de ser alimentados por Dios, alimentados espiritualmente para seguir el camino constante de la vida y de la fe.

_Con sincero deseo de compartir con los demás. En la Eucaristía no comemos en platos aparte, individualmente; todos participamos del banquete de la palabra, del pan y del vino.

_Dejarse alimentar por la experiencia de Cristo resucitado. La cena eucarística es una invitación permanente a reponer las fuerzas espirituales debilitadas por el cansancio de la vida.

 ¿Cuáles son las motivaciones que me llevan a la Eucaristía y las actitudes que yo llevo?

¿Por qué hay personas que dicen que la misa no me dice nada…y salen vacías, peor que cuando entraron?

Hay personas que ven los milagros como algo del pasado, algo que sucedió y que ya no sucede más… Esta es una forma burda e ignorante de entender los milagros. Las acciones que Jesús hizo no son acontecimientos aislados en la Historia, sino demostraciones del poder de Cristo que está siempre y para siempre activo. Los milagros se siguen realizando también en nuestro tiempo. Depende de nosotros creer en ello…

 ¿Qué pienso de los milagros?

 ¿Son los milagros acciones exclusivamente del pasado?

 ¿Sigue Dios haciendo milagros?

 Acercarnos a Jesús, muchas veces hundidos por el cansancio de la vida, supone encontrar reposo y alimento para nuestra vida espiritual.

 Otro aspecto que descubrimos en la palabra de esta semana es la compasión que Jesús siente por la multitud, y que no sólo se conformó con compadecerse sino que vino en su ayuda curando a los enfermos y dándoles de comer.

 ¿Cuál es la diferencia entre ayudar a alguien necesitado porque me da pena… a ayudarle por compasión y justicia… ¿Qué decir de las personas que son víctimas del hambre en el mundo mientras nosotros derrochamos…? ¿Es justo?

 Los discípulos le dicen que despida a la multitud. Jesús se niega. El Señor siempre mostró hacia las multitudes mayor ternura que sus discípulos. Cuando el Evangelio dice que Jesús se compadeció de la multitud, usa un verbo griego que literalmente significa: “se enterneció hasta las entrañas”. Esta palabra griega aparece en otros momentos también significativos: cuando el padre rogaba a Jesús para que librara a su hijo del demonio; en el padre de la parábola del hijo pródigo…

 ¿Tengo yo misericordia con los que me rodean, con mi familia, amigos, compañeros de trabajo, vecinos, comunidad…? Si Dios es misericordioso y se compadece de nosotros ¿por qué hay mal en el mundo?¿tengo yo entrañas de misericordia conmigo mismo y con los demás?

 Se nos habla de cinco mil personas que quedaron saciadas en ese encuentro con el Señor. ¿Cuántos de aquellos le siguieron después como discípulos? Esta es una de las dimensiones de la existencia del ser humano. Muchas veces nos acercamos a Dios para saciarnos, pero no para seguirle…y tristemente ayer, hoy y siempre así sucede…

 El Evangelio no se extiende por la cantidad de oyentes, sino por el número de personas sinceramente convertidas a Él. Sin embargo, Cristo da a comer a todos, a pesar de que sabe que habían de ser muy pocos los que le seguirían.

 Los que son alimentados por Cristo siempre quedan satisfechos…tu tienes hoy hambre de El?

 CRISTO VIVE!!

 Hno Juan Pablo ICJDM Obispo Juan David Falcon.